Los índices de lindano en el Gállego no se han disparado en vano. El Gobierno de Aragón, a la vista de la gravedad del problema, que todavía se refleja en las mediciones de contaminación, no descarta estudiar la implantación de un procedimiento más exigente en materia de seguridad. Así lo reveló ayer en las Cortes de Aragón Pilar Molinero, directora de Medio Ambiente. "Nos planteamos, en el futuro, la elaboración de protocolos más estrictos", afirmó, para reconocer a continuación que el viejo vertedero de Bailín, a las afueras de Sabiñánigo, "sigue escurriendo".

La comparecencia de Molinero coincidió con la difusión de los últimos datos de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) en la cuenca del Gállego, obtenidos a partir de muestras tomadas el pasado domingo y que indican que el río todavía contiene en algunos puntos más restos de lindano de los permitidos por la normativa de consumo.

"Existe una tendencia general a la baja, pero de forma ligera", explicaron ayer fuentes de la CHE, que señalaron que en el embalse de La Peña, auténtico punto negro de la contaminación de lindado, el nivel se sitúa en 0,61 microgramos por litro, muy por encima del 0,1 del tope legal (0,90 si se suman los diferentes isómeros).

VIEJO VERTEDERO

De hecho, Molinero admitió en la Cámara autonómica que, pese a las 70.000 toneladas de residuos de lindano trasladadas del viejo al nuevo vertedero de Bailín el verano pasado, es posible que se produzcan arrastres al cauce del Gállego al margen de la zona de la obra. De esta forma, la directora general negó radicalmente que el problema tuviera su origen en las labores llevadas a cabo para el tratamiento de la contaminación en el barranco contiguo a Sabiñánigo. Asimismo, hizo hincapié en que tampoco hay que subestimar la remoción de los fondos por efecto de las tormentas.

Molinero, que compareció a petición del titular de Medio Ambiente, Modesto Lobón, repasó rápidamente las medidas de seguridad observadas en Bailín para el tratamiento de los residuos de lindano y que se extienden a las aguas superficiales y subterráneas, a los suelos, al aire y al polvo.

En el turno de intervención de los grupos políticos, Luis Miguel Aso, portavoz de Medio Ambiente de Izquierda Unida, mostró sus dudas acerca de la forma en que se está desarrollando el traslado de los residuos y sobre la gestión de la CHE. "Al final, alguien lo paga, aunque solo sea porque se ha faltado a la verdad", dijo.

"El problema es que no sabemos de dónde procede el lindano", aseguró Joaquín Palacín, de Chunta Aragonesista, que calificó de "bochornoso" el cruce de acusaciones entre la CHE y el Gobierno de Aragón.

"FLACO FAVOR"

Por el PAR, Joaquín Peribáñez abundó en la idea de que nadie había advertido a la CHE (el presidente es de su partido) de que corría prisa el análisis de las muestras que revelaron el incremento de lindano por encima del máximo autorizado. En su opinión, la reacción de la CHE al abrir un expediente a la DGA "no es una pataleta política", sino una obligación derivada de su función.

Alfonso Vicente, del PSOE, destacó que hasta ahora la contaminación de lindano nunca había llegado "a los grifos de los habitantes" de los pueblos del Gállego y pidió la construcción de tomas de agua alternativas. José Manuel Cruz, del PP, denunció que el alarmismo creado por la oposición en torno al lindado "le hace un flaco favor al territorio" y subrayó que no se trataba de un problema de salud pública.

Por otro lado, el grupo de CHA en las Cortes presentó ayer una iniciativa para instar al Gobierno aragonés a proporcionar suministros de agua "nuevos y seguros" a las poblaciones del Gállego. Además, en el pleno extraordinario celebrado ayer por la Diputación Provincial de Zaragoza se aprobó por unanimidad una declaración institucional, a instancias de IU, para que se elabore un plan de restauración ambiental en el Gállego.