La Policía Nacional ha detenido en Calatayud a tres presuntos estafadores que se hicieron pasar por miembros de una oenegé de restauradores para llevarse obras de arte sacro de un convento de monjas dominicas de Calatayud, Zaragoza. Lo lograron, pero su falta de experiencia y su avaricia les jugaron una mala pasada: volvieron a por más, cuando ya habían hecho desconfiar a la priora y esta había avisado a los agentes.

Según explicó el inspector jefe de la Policía Judicial en Calatayud, los tres detenidos tuvieron al menos la precaución de no dejar nombre ni tarjeta a las religiosas, pero a base de labia e insistencia las convencieron de que formaban parte de una entidad sin ánimo de lucro. Se dedicaban, aseguraron, a ayudar a los centros religiosos a conservar sus obras de arte.

Con esta técnica consiguieron que las religiosas les entregaran cuatro lienzos y una talla del siglo XVIII, que se llevaron y quedaron en volver a por más. Sin embargo, a la priora le escamó que, pese a ser una oenegé, les ofrecieran una cantidad de dinero por llevarse las obras, aunque fuese simbólica. Y decidió llamar al Cuerpo Nacional de Policía para asegurarse de que no había nada extraño en el asunto.

15.000 EUROS El perito que ha asesorado a la Policía en este caso valoró los objetos que se habían llevado en 10.000 euros, pero falta de confirmar la autoría de uno de los cuadros, que aparenta ser de factura mejor que el resto. Si fuera "de firma", explicó el agente bilbilitano, podría alcanzar incluso los 15.000 euros por sí solo.

Los investigadores de la Policía Nacional pudieron interceptar la transacción en su fase final y sorprender "in fraganti" a los tres sospechosos cuando iban a adquirir mediante engaño el grueso del botín, en concreto un reloj del siglo XVI, varios lienzos del siglo XVIII, libros, códices y pergaminos del siglo XVI en adelante, de valor incalculable.

El objetivo de los estafadores se vio truncado ya que en su afán por conseguir todos los objetos llegaron a dar dinero a las víctimas, lo que les hizo sospechar que no eran amantes del arte como decían ser.

Las obras, cuyo destino final era el mercado de las antigüedades, han quedado a disposición judicial hasta que se decida otro destino, mientras que los detenidos, S. J. B., de 32 años, M. B. J., de 52, y S. B. U., de 29, quedaron en libertad con cargos a la espera de la valoración definitiva de los bienes intervenidos y de las conclusiones de la instrucción.

Según indicaron fuentes policiales los tres se dedicaban al mercadeo de objetos antiguos pero no les constaban antecedentes penales por ningún tipo de delitos.

Aun así, la operación sigue abierta para comprobar si otros centros religiosos pudieran haber sido víctimas de los estafadores. La Policía ya ha comprobado que en la provincia de Zaragoza no hay más casos, pero han comenzado a ampliar las pesquisas a las otras provincias y al resto de comunidades autónomas.

La reserva de las religiosas, como se vio en el caso del robo en el convento de la monja pintora de Zaragoza --sin resolver--, no facilita el trabajo.