Cerca de treinta obras del pintor andaluz Andrés Mérida, desde sus reconocibles figuras hasta nuevos experimentos realizados con la ceniza del tabaco o el trazo circular de un garabato, integran una exposición, que se inaugura hoy en Zaragoza.

Con el título "Mérida. Juglar del sur", esta muestra refleja la destreza y el dominio que tiene del dibujo este artista gaditano, malagueño de adopción, que goza de una dilatada trayectoria profesional que le ha llevado a recorrer Asia, América y Europa.

Es la primera vez que este pintor del sur expone en la capital aragonesa, donde se podrán ver sus obras desde este jueves, 30 de octubre, hasta el 28 de noviembre, en la sala de exposiciones de Bantierra.

En total, son 31 cuadros los que componen esta muestra con una temática diversa, pero en los que no falta su particular visión de las escenas costumbristas españolas, como el flamenco, la religión o el toreo, habituales en toda su obra.

"Juego de toros", "De frente por detrás" o "En las tablas" son algunas de las obras de la exposición en las que reinterpreta el mundo taurino; lo aleja del estilo decimonónico y lo adapta al siglo XXI, ha señalado hoy a EFE en Zaragoza.

En todas ellas, Andrés Mérida ha plasmado su personalidad como artista en la montera del torero, capaz de albergar nuevas escenas hasta el punto de crear un cuadro dentro del mismo cuadro.

En la exposición, hay también espacio para el experimento de nuevas técnicas, como la utilización de la ceniza del tabaco en "Cigarro y vela" y en "El Padre", un motivo, el de la paternidad "poco usado" en el mundo del arte, ha indicado.

Mérida ha comentado que esta técnica surgió de forma espontánea, con un dibujo que realizó en un posavasos con la ceniza del tabaco, mientras esperaba a un amigo en una cafetería.

A partir de entonces, y tras trabajarla en su estudio, la ha incorporado a sus exposiciones, al considerar que aporta a la obra una textura "curiosa".

Además del trabajo con ceniza, Andrés Mérida continúa innovando y experimentando nuevas fórmulas, como el trazo circular del garabato y que, en la exposición, puede verse en "Gustándose" o en "Garabato taurino".

No falta tampoco sus habituales figuras del flamenco, en las que es capaz de reflejar la expresión, los gestos y la postura que adopta el "cantaor", ni imágenes religiosas.

La exposición acoge también óleos sobre personajes a los que él bautiza como "locos" sin caer en "un tono peyorativo", al contrario, y otros que reflejan la ternura de la maternidad como "La Madre".

En todos ellos, también en "Venecianos" donde ha utilizado pinzas, monedas, cerillas y hasta tapones de las bombonas de butano, quedan reflejadas influencias de las corrientes artísticas del siglo XX.

"Soy un hijo del siglo XX, del surrealismo y de Pablo Picasso", además de un "enamorado" de la luz y del color como forma de expresión, ha apuntado Mérida para describir su obra.

Su receta para continuar, pese a las dificultades del momento, es "trabajar, trabajar y trabajar", consciente de que el arte no decaerá porque es "necesario" para la gente, ha concluido.