L os vecinos de la avenida Cataluña volverán a salir a la calle el próximo viernes (19.30 horas) para exigir que acabe el bloqueo que sufre la negociación entre el Ayuntamiento de Zaragoza y Fomento para la cesión de la vía, cuyos servicios siguen anclados en el siglo pasado por seguir calificada como carretera pese a que se encuentra a 1.500 metros de la plaza del Pilar.

En marzo del 2010 el ayuntamiento solicitó la reversión a Fomento con una dotación de 1,2 millones de euros y no se aviene a negociar. Fomento, por su parte, ahora pretende pagar esa cesión con terrenos y no contempla cerrar un calendario de pagos como sí ha hechocon la carretera de Madrid. Los vecinos recuerda que la ley obliga a que más de un 50% de la obra debe correr a cargo de los propietarios de los solares colindantes. Estos, propiedad del Sareb o banco malo y grandes constructoras, no encuentran ningún atractivo para desarrollarse. En marzo se acordó que el anteproyecto de reforma, que estima una inversión de 9 millones de euros, se acabaría este año, pero sigue sin presentarse. Cuatro años de compromisos inclumplidos, silencios y medias palabras son suficientes para los residentes del Rabal, que no entienden cuál es la piedra que tapona el desarrollo de la avenida. "Es una situación absurda. No sé a qué intereses responde. Una lucha política entre el PP y el PSOE que deja a los vecinos en medio", denuncia Jesús Fon, vicepresidente de la asociación Ríos de Aragón.

Los vecinos no olvidan y tienen munición para ambos lados de la trinchera. "El alcalde Belloch dijo en el 2011 que el acuerdo era cuestión de días, que el ministro estaba deseando firmar la cesión y que era mejor esperar a después de las elecciones", recuerda Fon, quien también señala al popular Eloy Suárez como responsable del bloqueo: "El mismo que calificó la situación de tercermundista bloqueó con su voto la llegada de 3 millones de euros para la reforma del vial y la cesión. Dijo que tenía la solución y aún la estamos esperando. En enero le pedimos una reunión y se ha negado a recibirnos", recuerda. La pugna política ha dejado el vial anclado en el pasado y los pequeños lavados de cara como la reforma "blanda" del 2013 no han calmado la indignación.