NUEVAS PRIMARIAS EN ARAGÓN

Adolfo Barrena: "IU no piensa concurrir sola a las elecciones"

A. IBÁÑEZ

--Acaban de abrir el calendario de primarias para elegir a su candidato a la Presidencia de Aragón y se abre a simpatizantes de la formación. ¿Por qué a ellos también?

--No nos da ningún miedo la participación. Estamos convencidos de que hay que elevar el nivel de la calidad democrática y ahí los partidos podemos aportar mucho. IU ha decidido elevar todo lo posible el listón.

--¿Hay algún filtro para evitar que puedan introducirse personas ajenas al proyecto de IU?

--La norma dice claramente que la participación está abierta a todo el que forme parte del cuerpo electoral de Aragón y que haga una declaración expresa de respeto al código ético y programático de IU. Eso forma parte de la confianza que se merece el ciudadano y es el único filtro. Si hubiera comportamientos que no están acordes con ese código, tenemos mecanismos estatutarios para resolverlos.

--¿Es partidario de que haya más de una candidatura? Hasta ahora ahí donde IU ha celebrado primarias no ha ocurrido eso.

--Sí, sería muy positivo porque alimentaría el debate de ideas durante la campaña. Está garantizada la igualdad de oportunidades y recursos dentro de nuestras limitaciones.

--Usted ya no será candidato y apura sus últimos dos años al frente de la coordinación de IU-Aragón, a la que llegó en un momento convulso, allá por el año 2002. ¿Qué balance hace?

--Mi balance personal es satisfactorio y gratificante a pesar de los momentos complicados, pero también ha habido momentos muy buenos vividos con un gran equipo y con una organización en la que estoy muy orgulloso de militar y que veo cómo se ha consolidado tras un momento en el que corría riesgo de desaparecer. Hemos recuperado presencia institucional en los ayuntamientos de las tres capitales, en las diputaciones y en las ciudades más importantes. Y tenemos una vitalidad diaria tremenda para reivindicar y presentar propuestas y alternativas. En lo político valoramos la parte que tiene que ver IU con esa alternativa al bipartidismo que se va a plantear si somos capaces de hallar la fórmula. Además, hemos mejorado la relación con la sociedad y hemos incorporado equipos nuevos.

--¿Y lo más negativo?

--Tenemos muchas cosas en el debe. Entre ellas, tenemos pendiente la forma de mejorar la interrelación con el conjunto de la sociedad y la mayoría social que sufre la crisis. Eso es manifiestamente mejorable.

--¿Y el Aragón que hay ahora? ¿Es muy distinto al que se encontró en el 2002?

--Cuando llegué a la coordinación de IU estaba ese Aragón obnubilado por la burbuja inmobiliaria y esos grandes proyectos como la Expo, la travesía central, las estaciones de esquí, Gran Scala, los circuitos de motos, aeropuertos en todas partes... Eran ideas que alimentaban el riesgo de que pasara lo que luego pasó. No había consistencia y estaba todo cimentado en un sistema absolutamente especulativo y sin base social. El Aragón que ahora tenemos ha aumentado la brecha de la pobreza, la gente pierde todo tipo de subsidio y ayuda, empeoran los servicios públicos y no se da ninguna alternativa a la mucha gente que sufre. Aragón no escapa a la tónica de esos lugares donde el neoliberalismo se impone, que aquí además Rudi aplica con entusiasmo. Espero que los ciudadanos le pasen factura en mayo, porque el fracaso de sus políticas es absoluto, y a costa de mucho recorte y sufrimiento.

--¿Esta situación es irreversible? ¿Cree que el modelo de IU resolvería el problema?

--No es irreversible. No se resolverá todo de la noche a la mañana si hay un vuelco electoral y hay una mayoría de izquierda. Entre otras cosas porque el desierto que va a dejar el PP y el PAR hay que remontarlo. Pero es perfectamente medible el cómo se pueden arreglar las cosas. En nuestras enmiendas al presupuesto hay un plan de choque para crear empleo y modificamos el sistema fiscal para hacerlo progresivo. Cuando gobernemos, los ciudadanos notarán mes a mes que las cosas son diferentes. Donde hemos gobernado se ha visto. En Andalucía hemos desahuciado bancos en lugar de ciudadanos, hemos creado una banca pública, hemos arbitrado mecanismos para que haya garantías para que esté garantizada la subsistencia y muchas cosas más, como la capacidad para presionar para negociar la deuda financiera.

--Esta legislatura se ha visto un bloque bien definido en las votaciones en las Cortes, con CHA, PSOE e IU. ¿Significa eso que es más fácil el acercamiento futuro con el PSOE?

--El PSOE tiene que hacer una cosa para ver que tiene respaldo social, ciudadano y político: tumbar el artículo 135 de la Constitución, que es uno de los mayores baluartes del neoliberalismo. Debe clarificar muy bien sus políticas sociales y eso no se demuestra con votaciones que se pueden dar en determinados momentos. Con CHA la situación es diferente. Hay mucha más confluencia y visión común de las cosas. Hay un PSOE en el Gobierno y otro en la oposición. Ahora toca el de la oposición. No ha hecho la catarsis que debería haber hecho. Nuestra confluencia es una convergencia clara de izquierdas, no un simple cambio de Gobierno. Sí un cambio de modelo, sistema y de régimen, haciéndolo nítidamente desde la izquierda y con la participación de la ciudadanía, que es quien tiene derecho y legitimidad para opinar. Quienes consideren que deben, quieren y pueden estar, se encontrarán con IU. En otras aventuras, no.

--¿Reeditaría la coalición con CHA en el Congreso?

--Vemos cosas positivas. La coalición le quitó un escaño al bipartidismo y por tanto es la evidencia de que cuando se une la izquierda con un programa nítido y alternativo es posible darle mordiscos al bipartidismo. Es manifiestamente mejorable, eso sí, en la relación con la parte ciudadana y social de la coalición. Deberíamos profundizar más ahí. Pero el balance es muy satisfactorio y por nosotros no quedará reeditar alianzas como esta. Es obligación nuestra. Hay que emplazar a todas las organizaciones a la construcción de ese frente de izquierdas, esa candidatura de unidad popular o como se le quiera llamar. Ni siquiera nos importa que estén las siglas de IU. Tiene que ser una construcción que sea una alternativa socialista al sistema capitalista actual, más allá de unas elecciones.

--¿Podemos es un adversario o puede ser un buen aliado?

--No veo a nadie de izquierdas como un problema o un adversario. A nadie. Veo a todas las organizaciones como una pieza fundamental para la construcción de ese bloque social y alternativo. Asumimos nuestra responsabilidad y queremos, estamos y podemos.

--¿Pero ve a Podemos con ganas de querer? No parece que cuenten con ustedes...

--Nosotros participamos activamente en todos los espacios de debate, diálogo y convergencia que se están dando. Pero no hemos tenido ninguna reunión bilateral con nadie porque hay que primar el bloque y la candidatura unitaria. Nuestra posición es muy clara y me gustaría que fueran especialmente claras las posturas de los demás. Luis Pastor musicó un poema de Benedetti llamado Vamos juntos, compañero que animaba a una lucha común en la que todos eran importantes, en una etapa muy dura y de lucha en la clandestinidad. Además de querer, había que poder. Ahora creo que todos podemos, pero no sé si todos queremos. Nosotros sí, desde luego.

--Habla incluso de renunciar a sus siglas. Eso tiene implicaciones, desde la pérdida de subvenciones a la difuminación de IU. ¿Le preocupa?

--IU siempre ha sido una herramienta para alcanzar un modelo, no un fin en sí mismo. IU no piensa concurrir sola a las elecciones, aunque nos presentaremos donde no sea posible el frente. Nos gustaría una coalición amplia y que el resto de fuerzas digan ya si quieren o no, por respeto a la ciudadanía y porque quedan tres meses para que se convoquen elecciones y hacer un programa.

--¿La insistencia de la convergencia es una consecuencia de esta legislatura? Hace tres años ni se hablaba de ello.

--Esta legislatura ha servido para ver que el modelo del 78 está agotado. Es cierto que la Constitución sirvió para superar una dictadura y construir algo positivo, pero ahora se demuestran los problemas. La corrupción, la falta de transparencia, la dificultad de la ciudadanía para algo más que votar cada cuatro años, las relaciones con la Iglesia Católica, la pérdida de derechos o la monarquía. Y eso hay que cambiarlo.

--¿Cómo ve que las encuestas hayan frenado las expectativas electorales de IU? ¿Es una ocasión perdida para IU?

--Parece que hay un estancamiento después de unas expectativas muy altas hace unos meses, pero no hemos retrocedido. En las pasadas elecciones pasamos de un eurodiputado a seis. Creo que eso es crecer. Aunque alguno esté interesado en decir que IU va hacia atrás, las expectativas siguen siendo buenas.

--¿Dónde estará Adolfo Barrena cuando deje de ser coordinador de IU, en el 2016?

--Donde mi organización considere, pero con ninguna responsabilidad pública. Hay que saber cuándo hay que irse y yo sé que me tengo que ir ya, por convicción y porque es bueno para IU, donde hay un gran equipo, un proyecto y un buen relevo. También tendré más tiempo para estar con mis amigos, mi familia y mis aficiones.

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