Poco o nada se podrían esperar los Reyes Magos de Oriente que en su visita de ayer al colegio público Recarte y Ornat de Zaragoza la Policía Local les iba a endosar una multa por no llevar casco. Porque Sus Majestades llevan corona, y eso es por todos conocido, pero no están autorizados a ir en una moto sin llevar casco. Y precisamente por eso fueron interceptados por los agentes cuando avanzaban por la calle Corona de Aragón en dirección al centro y por eso acabaron siendo multados. Eso sí, tras 45 minutos de espera, un retraso que tuvieron que sufrir los más de 400 escolares que aguardaban ilusionados su llegada. Y la de sus regalos.

Y es que las normas de tráfico son de obligado cumplimiento para todos, también para los más magos de Oriente. De hecho, los organizadores de esta visita real reconocían tras lo ocurrido que "la Policía se ha portado bastante bien para lo que podían haber sancionado". Porque el casco quizá era el menor de sus pecados, ya que fueron apercibidos también por portar enganchados a la moto con sidecar un remolque en el que viajaban sus pajes, todos ellos menores de edad, y sin la sujección obligatoria. Además, los enganches no eran los adecuados y, sobre todo, no tenían autorización municipal para ir por la calzada de semejante manera. Quizá en Oriente esto esté permitido, pero en Zaragoza esto se traduce en miles de euros y la correspondiente pérdida de puntos en el carnet de conducir. Pero claro, los Reyes Magos no tienen carnet ni puntos que quitar.

Después del show en una de las calles más transitadas de Zaragoza y en hora punta --eran las 17.15 horas cuando les interceptaron-- un inspector de la Policía decidió que 45 minutos de espera eran más que suficiente castigo para unos escolares que esperaban ansiosos en el Recarte y Ornat. Y con el papelito rosa bien guardado en el zurrón prosiguieron la marcha los integrantes de esta peculiar comitiva. Rumbo a la calle Menéndez Pelayo por la que accedían a las instalaciones del centro educativo de la capital.

La estrella fugaz esta vez no estuvo acertada. Llevan años, según explicaron los organizadores, llegando al colegio público en motos con sidecar. Una forma poco convencional y muy alejada de las grandes carrozas que recorren el centro de la ciudad la noche anterior al día de Reyes. Pero exitosa, al menos para los niños que esperan su llegada.

OTRO ITINERARIO

Pero esta vez decidieron introducir cambios en la comitiva. Quizá para sorprender aún más a los escolares. Y optaron por unas carrozas luminosas enganchadas a sus motos. Al llevar remolque y tener cerrado el acceso tradicional por la trasera del colegio que da a la facultad de Magisterio, en el campus, tuvieron que dar la vuelta por Corona de Aragón. Para dirigirse a la entrada de Menéndez Pelayo. Unos pocos metros por la calzada en los que esperaba su peculiar regalo. Con uniforme, placa y un papelito rosa para el recuerdo.