Cada día, Sara Villuendas atiende a sus dos hijos. Pero no solo cuida de ellos, sino también de un bebé de año y medio y otro de 8 meses. No es ni la cuidadora de una guardería, ni una canguro, ni un familiar.

Es una madre de día, una figura que empieza a abrirse paso en España en la crianza de los más pequeños como alternativa a las escuelas infantiles tradicionales y que en Aragón ya cuenta con siete proyectos: cinco en Zaragoza, uno en Huesca y otro en Teruel. "Defendemos el derecho de todo niño a permanecer en el hogar, por lo menos hasta los 3 años. Y que los padres tengan también la opción de elegir si así lo desean. Hay estudios que han demostrado que el niño hasta esa edad no tiene la necesidad de socializar, pero sí de compartir vivencias con otros donde poder imitar y observar, y para ello no hace falta un numero elevado de niños en un mismo espacio", explica esta aragonesa que puso su proyecto en marcha bajo el nombre de Nube.

En Alemania, esta es una de las opciones más comunes entre las familias. Se denonima tagesmutter, cuya traducción literal sería la de "mamá guardería". Representada mayoritariamente por mujeres aunque también la podría ejercer un hombre, se exige una titulación superior en enseñanza (psicólogas, pedagogas o maestra) con formación específica en atención a la primera infancia y abre las puertas de su casa para la educación y cuidado de un grupo de niños --un máximo de 4-- menores de 3 años.

HORARIOS ADAPTADOS

Su horario de trabajo se adapta al de los padres trabajadores y otra de las condiciones es tener acondicionada en su domicilio una habitación para desarrollar esta tarea. "No hago esto por estar más rato con mi hijo pequeño, sino porque creo que es importante que los bebés tengan un adulto de referencia, una figura de apego a la que poder copiar y a la que dirigirse cuando necesiten afecto. Se sabe que en estas edades se aprende a través de la experimentación, de observar y probar a hacer algo una y otra vez sin la intervención del adulto. Nos basamos mucho en el juego libre", apunta Villuendas, quien asegura que "el vínculo que se crea con el menor es mayor".

Ser madre de día puede llegar a ser una forma de trabajo --muchas se hacen autónomas--, pero Villuendas apunta que "si alguien piensa ganarse la vida con esto, que no se piense que es una panacea, más bien es algo vocacional", dice. Los precios oscilan entre los 350 euros y los 430 al mes por una jornada diaria de ocho horas. "que la mayoría de las veces no se cumple, porque es menos rato por unas cosas u otras, así que lo del sueldo por ser madre de día es lo de menos", añade esta aragonesa.

Este modelo, generalizado en Europa, ha empezado a ganar terreno en España, aunque su figura solo está regulada actualmente en Navarra. "Existe un vacío legal y para regula de algún modo la situación se crean asociaciones, que fijan una especie de normas comunes para que las madres no vayan cada una a su marcha", dice Villuendas.

En Aragón, la Asociación Aragonesa de Madres de Día es la encargada de aglutinar a este colectivo y reivindican que no tienen "nada que ver" con la forma de trabajar de una guardería. "Es una crianza con apego, la casa siempre está abierta, aquí pueden venir los padres de los bebés las veces que quieran, como por ejemplo a darle el pecho. El entorno y número de niños es la principal característica. Lo único que defendemos es que los padres tengan la opción de elegir. Palpamos que este tipo de proyectos empiezan a gustar", resalta Villuendas, en cuyo caso presenta a sus hijos y a su marido a los padres de los bebés que cuida. "Es clave que haya una relación así de cercana, eso da garantías a la familia", añade.