La Guardia Civil todavía sigue recogiendo huellas y haciendo acopio de pruebas en la vivienda de Luis Esteban Zorraquino, el pequeño comerciante de 57 años que murió asesinado a golpes en la madrugada del pasado domingo, en su vivienda de Fuentes Claras. Expertos del Laboratorio de Criminalística de la Comandancia de Teruel inspeccionaron ayer de nuevo la casa, en busca de elementos que permitan determinar la identidad del autor o autores del brutal suceso.

Luis Esteban, un tendero muy apreciado en el valle del Jiloca, fue golpeado hasta la muerte, un crimen que ha conmocionado a la pequeña localidad de Fuentes Claras, donde nunca hasta ahora se habían vivido episodios tan violentos.

"No se trata de un ajuste de cuentas, como dicen algunos", manifestó ayer un vecino del pueblo. "Luis no tenía enemigos y llevaba una vida normal", subrayó.

Algunos residentes creen que los asaltantes andaban en busca de dinero y se rumorea que el comerciante, que vivía solo y regentaba una tienda de alimentación, tenía una caja fuerte.

"No oímos nada", manifestó ayer una mujer mayor que vive en la misma calle que la víctima. "Era sábado por la noche y pasaban coches y no nos llegó ningún ruido raro", comentó esta residente.

Fuentes Claras, como el resto de las localidades de la comarca, sufre desde que empezó la crisis un fuerte incremento de los robos, tanto en propiedades agrícolas como en casas deshabitadas.

Pero en ninguno de estos sucesos el o los atacantes se habían empleado con la violencia que sufrió Luis Esteban, que según el resultado de la autopsia murió como consecuencia de los golpes recibidos en la cabeza y en distintas partes del cuerpo.

Esta violencia causa indignación en el valle del Jiloca. Hasta el punto de que la comarca está organizando, para el domingo por la mañana, una manifestación de repulsa por el crimen y para exigir el incremento de la vigilancia. "Por la noche solo patrulla una dotación de la Guardia Civil por un territorio muy extenso", denunció un vecino de la población.