El pueblo de Boquiñeni (Zaragoza) se ha quedado "aislado" y "vacío", después de que sus 980 vecinos hayan sido evacuados y se haya decidido romper la carretera, con el fin de que el agua del río Ebro pueda fluir hacia los campos de cultivo en lugar de entrar al núcleo urbano de la localidad.

El pueblo está totalmente desalojado, agentes de la Guardia Civil se han encargado de llamar casa por casa para que nadie se quede en su vivienda y la localidad está completamente vacía, según ha dicho hoy a EFE el alcalde de Boquiñeni, Miguel Ángel Sanjuán.

El mayor problema con el agua del Ebro se centraba en "la parte alta del pueblo", por donde se había desbordado el río y donde estaba el mayor peligro.

Esta carretera, que hacía de barrera y a su vez embalsaba agua, se ha destrozado de forma controlada, se ha abierto un trozo de 8 metros, con el fin de que el Ebro desagüe por ese lugar y no afecte al pueblo, que está a un nivel más bajo del río.

Ahora con la carretera cortada, el peligro de que afecte el pueblo ya no es tan grande, aunque los vecinos están preocupados por lo que pueda ocurrir en las próximas horas, ha explicado el regidor, que ha dicho que "lo peor no ha pasado aún".

La mayoría de la gente se ha alojado en casa de familiares y amigos, mientras que unas 150 personas se han quedado en el polideportivo municipal, donde efectivos de la Unidad Militar de Emergencias instalarán colchones y facilitarán a los afectados aquello que necesiten.

Están tratando "de salvar lo máximo posible el municipio", ha descrito el alcalde, que se ha mostrado agradecido por "lo bien que se han portado los pueblos cercanos", desde donde han acudido con tractores, palas, etc, para tratar de hacer frente al río.

De momento se desconoce cuándo regresarán a sus casas, pero lo que sí es cierto es que esta noche seguro que no van a volver y a partir de mañana se verá, porque primero tiene que bajar el nivel del río y después se debe de colocar un puente, o algo similar, para que se pueda pasar al pueblo, porque la carretera está destrozada y la localidad está aislada, han dicho a EFE fuentes del Gobierno de Aragón.

La carretera que se ha roto es la que va de Boquiñeni a Luceni, dos pueblos separados a unos tres kilómetros.

El regidor no recuerda un desalojo como el de ahora, ya que por ejemplo aunque en el 2013 se activó un plan de evacuación, finalmente no se llevó a efecto y es la primera vez que se tienen que ir todos.

"Ya vale la tontería, lo que hay que hacer es que los gobiernos se pongan a trabajar, da igual los colores, y se arregle la situación, para que deje de sufrir toda esta gente que tanto trabaja por sus casas y cultivos".

En cuanto a Pradilla, donde hay unos 650 censados, y donde la mayoría de los vecinos han sido desalojados, se ha conseguido que el río no atraviese la mota de contención situada allí, aunque se sigue trabajando.

En este punto, el nivel del río no está creciendo, pero el problema es que el caudal se mantendrá durante 12 ó 24 horas más, por lo que habrá que estar expectantes, han dicho las fuentes del Gobierno de Aragón.

En Pradilla, los vecinos se han desplazado a Tauste, otro pueblo cercano, donde la mayoría de los habitantes disponen de casas particulares, o si no se han alojado en casa de familiares o amigos.

Otra decena de personas, la mayoría emigrantes, se están realojando en el polideportivo de este pueblo, donde Cruz Roja les ha facilitado colchones, mantas etc.

La vista está puesta ahora en Cabañas de Ebro, un pueblo muy pequeño, que en principio, según las previsiones de la Confederación Hidrográfica del Ebro, el núcleo urbano no tiene porqué verse afectado por las inundaciones, aunque se está expectante a lo que pueda ocurrir, han dicho estas fuentes.