Una zaragozana, M. S. J., ha demandado a una droguería de la ciudad y a la distribuidora de un desatascador de tuberías cuyo uso le causó graves quemaduras en el cuello y las extremidades. La mujer reclama 20.265 euros por las lesiones, al considerar que no le proporcionaron una correcta información sobre el producto y que este es defectuoso.

El accidente doméstico que generó este caso sucedió el 28 de septiembre del 2013, cuando el marido de la demandante --que también sufrió lesiones, pero que por ahora no ha reclamado--, J. P. U., se acercó a una ferretería cercana a su casa y pidió un desatascador de cañerías. La dependienta le recomendó el producto de la discordia, Melt de 500 mililitros, y le explicó que debía retirar el codo de la tubería de la fregadera, verter medio bote, dejarlo actuar 24 horas y echar agua al día siguiente.

Según la demanda, la empleada le aseguró que el producto era seguro, que no reaccionaba con el agua y que solo quemaría los tejidos, pelos o maderas, sin afectar al PVC de la cañería.

Pese a la aparente facilidad de uso, el hombre tomó las precauciones que se indicaban en la etiqueta y se tapó los ojos con unas gafas --aunque no de tipo profesional--, se cubrió hasta el cuello y, con ayuda de su mujer, procedió a echar el líquido.

2 SEGUNDOS

Pasados apenas dos segundos, comenzó a escucharse un burbujeo y se produjo un géiser de líquido negro que cubrió al matrimonio, además de la cocina.

Pese a las precauciones que adoptaron, el hombre sufrió graves quemaduras corrosivas en el cuerpo y los ojos, y ha sufrido varias intervenciones quirúrgicas por ello. Por su parte, la mujer también padeció heridas en el cuello, en los brazos y en las piernas. La pareja, asesorada por el letrado experto en responsabilidad civil Alberto Delgado, denunció a Consumo, que investigó el asunto aunque no ha trascendido que se hiciese efectiva ninguna sanción. De hecho, este diario pudo comprobar que el producto sigue a la venta.

Por todo ello, la mujer ha denunciado a la droguería de la capital aragonesa y a la distribuidora del producto, Faren Industrias Químicas, a la primera por las incorrectas instrucciones de uso que consideran que les dieron y a la segunda por ser un producto defectuoso.

Ambas empresas se han opuesto, ya que consideran que la responsabilidad es de la pareja por una mala utilización. Próximamente celebrarán una vista previa en el juzgado para dirimir si el asunto llega a juicio o no.

El desatascador contiene una altísima concentración de ácido sulfúrico, cercana al 95%, y está etiquetado como de uso profesional, pero se vende al público de forma legal.

En foros de consumidores de internet se pueden encontrar varios casos similares a este --incluso más graves, al no llevar el usuario protección-- con el producto y otros de composición parecida, algunos de los cuales figuran como prohibidos en listas de consumo. No es el caso de Melt.