"Es un reconocimiento que te emociona y te hace sentirte bien. He recibido algún premio a labores arquitectónicas concretas, pero este galardón premia toda una trayectoria y es algo que ni siquiera se me pasaba por la cabeza", relata el arquitecto Jesús Castillo Oli, el tercer aragonés (natural de Zaragoza) que ha sido condecorado con la Orden al Mérito Civil por parte de la Casa Real.

Hace más de 20 años que Jesús Castillo Oli se dedica a restaurar el patrimonio español, especialmente las iglesias románicas. Destaca su tarea en los Planes de Intervención Románico Norte y Románico en colaboración con la Junta de Castilla y León. Además, mantiene su estudio de arquitectura, Castillo Oli, en el que trabajan otros arquitectos y en el que se esfuerzan por "dar una segunda oportunidad a los edificios donde vivimos", explica. Su labor se centra en renovar inmuebles antiguos con materiales innovadores del siglo XXI que "permiten mejorar su eficiencia energética y conseguir que la arquitectura incida sobre nuestros sentimientos".

REVITALIZAR EDIFICIOS

Trabajan por cambiar la concepción de la arquitectura. "Los arquitectos a veces nos limitamos a construir", dice, "y creemos que solo construimos casas y la gente cuando entra a vivir crea su hogar". Pero esto, afirma, puede cambiar: "Tenemos que conseguir que gracias a la arquitectura cada acción cotidiana como tomar un café o darse una ducha se convierta en una experiencia especial", concluye. No solo los interiores, también las fachadas de los edificios y la trama urbana de una ciudad "pueden ayudar a sus habitantes a ser más felices", explica poniendo como ejemplo Florencia. "Si los arquitectos y la sociedad creen en la arquitectura podemos conseguir una sociedad mejor", insistió, y mantuvo que Zaragoza "necesita regenerar su tejido urbano, poner en valor las grandes edificaciones del casco histórico que estaban olvidados para poder mirarlas con otros ojos y con más cariño". De hecho, en las últimas semanas su estudio ha terminado dos obras que actúan en esta dirección en el casco de la capital aragonesa.

Castillo Oli vivió la ceremonia de condecoración "con mucha emoción porque pude estar con mi famiia y porque los Reyes supieron llegar a la gente". De esa llamada de teléfono en la que comenzó todo, este zaragozano destacó "la voluntad por manifestar que los Reyes trataban de reconocer el esfuerzo de personas que con su labor diaria consiguen cosas extraordinarias que hacen avanzar al país".