Un vecino de Zaragoza se enfrenta a cuatro años de prisión por, supuestamente, estafar a nada menos que diez personas con el alquiler de unos apartamentos turísticos que no existían. El procesado, S. M. C., no es la primera vez que se sienta ante un juez, ya que sobre él pesan dos condenas por estafa y un delito de lesiones.

La Fiscalía entiende que el encausado, durante el año 2013, se atribuyó la facultad de alquilar inmuebles en zonas de playa de Tarragona cuando, en realidad, no la tenía. Lo hacía a través de una página de anuncios en internet y facilitaba dos números de teléfono móvil para que los interesados pudieran comunicarse con él.

Según el ministerio público, llegó a cobrar diversas cantidades, bien en concepto de reserva o de anticipo de la renta estipulada. A todas las víctimas les estafó, presuntamente, entre 200 y 450 euros.

ACTUACIÓN El modus operandi era siempre el mismo. Puesto que pedía que le ingresaran el dinero en una cuenta corriente que estaba a su nombre. Una forma de actuar que no levantaba sospechas entre los contratantes, debido a que aportaba su identificación. S. M. C. ofrecía, al parecer, viviendas en Salou y Cambrils, si bien iba variando las direcciones para pasar desapercibido.

En este anzuelo picaron familias de Zaragoza, Valladolid y Burgos. La mayoría de las víctimas descubrieron que habían sido estafados cuando intentaban contactar con él para hacer el traspaso completo de la mensualidad del apartamento y el teléfono móvil daba la señal de apagado o fuera de cobertura.

En el caso de un vecino de Burgos, el procesado, según la acusación, llegó a cobrar el alquiler y darle cita en el piso de Salou, pero no pudo recibir las llaves, ni tampoco localizar al propietario.

La vista oral se celebrará la próxima semana en el Juzgado de lo Penal número 5 de Zaragoza. El acusado niega los hechos y la abogada defensora, Olga Oseria, pide que sea absuelto del delito de estafa agravada por reincidencia.