Ni Lapao ni Lapapyp. El Gobierno de Javier Lambán derogará la ley de lenguas aprobada por Luisa Fernanda Rudi en mayo del 2013 que despertó las críticas por la manera de catalogar al catalán hablado en la franja y al aragonés: Lengua Aragonesa Propia del Área Oriental (Lapao) para la primera y Lengua Aragonesa Propia de las áreas Pirenaica y Prepirenaica (Lapapyp) para la segunda. El presidente autonómico recuperará las dos lenguas siendo el castellano la oficial.

"Debemos de hacer un exorcismo de los viejos complejos de inferioridad que han alimentado el anticatalanismo", explicó Lambán. Lo hizo después de reunirse con el líder de los socialistas catalanes y candidato a la presidencia de la Generalitat, Miquel Iceta. Un encuentro en el que el presidente manifestó su interés por implicarse en la "búsqueda" de soluciones a la cuestión catalana.

Lambán criticó la negación del Ejecutivo de Rudi para reconocer lo que llamó "realidades absolutamente primarias", es decir, que hay cientos de aragoneses que hablan catalán como primera lengua y que en el norte se mantiene vivo el aragonés, seña de identidad de la comunidad. Para el presidente, la aprobación de la ley de lenguas del PP y el PAR fue "un ridículo espantoso" que ahora hay que solucionar. Su objetivo es volver a una norma similar a la del 2009, que reconocía como única lengua oficial el castellano y el catalán y el aragonés como propias.

REACCIONES

Desde el PAR mostraron su preocupación por la decisión de Lambán ya que puede provocar "una indeseable fractura social al ser una materia tan sensible". Además, el anuncio coincidió con el registro que realizó ayer el grupo parlamentario de Ciudadanos de una proposición no de ley en las Cortes para defender la unidad, el proyecto común y apoyar a los catalanes que no comulgan con la independencia.

El líder socialista, que habló de aragonesismo moderno y sin complejos, aseguró que Aragón tiene una posición privilegiada para intervenir en la "cuestión catalana". Por su cercanía, por su historia, por los lazos de amistad y, sobre todo, por las relaciones económicas de ambos territorios. Aragón recibe el 40% de la producción catalana e importa a la comunidad vecina el 30%. Los vínculos, para el presidente, son más que suficientes.

Iceta "no concibe una Cataluña fuera de España ni con malas relaciones con Aragón". Cuestionó duramente las declaraciones del conseller de Justicia, Germà Gordó, sobre que concedería la nacionalidad catalana al resto de países catalanes en los que incluyó la Franja aragonesa, en caso de estar en el Gobierno. Una declaraciones "desagradables" que mostraron un "nulo respeto" a los aragoneses, apuntó. Para el líder del PSC no hay una mayoría catalana que quiera romper con el resto de España. A día de hoy, Lambán no ha recibido respuesta a la carta que envío a su homólogo catalán, Artur Mas.

Ambos candidatos coincidieron en la necesidad de encontrar las vías que contribuyan a contrarrestar el independentismo de Artur Mas superando el "inmovilismo" de Mariano Rajoy. "El independentismo conduce a Cataluña a un callejón sin salida", aseguró Lambán, que calificó de "choque de trenes" las relaciones entre Mas y Rajoy y el "partidismo" de sus actos.