Tener cerrado y sin uso un icono de la arquitectura moderna como la Torre del Agua provoca a veces negociaciones rocambolescas como la que estos días están protagonizando el Gobierno de Aragón, a través de su sociedad Expo Empresarial, y el Ayuntamiento de Zaragoza. Todo porque la empresa Endesa ha decidido fijarse en él para celebrar en Zaragoza una convención los próximos días 24 y 25 de febrero en el que prevé reunir a alrededor de 300 personas, según confirmaron ayer fuentes de la propia compañía.

Se trata de una petición comercialmente golosa que choca frontalmente con la exención del Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI) que impulsó la propia DGA a través de la catalogación de este edificio y el resto de iconos emblemáticos de la muestra internacional del 2008. Si se ingresa un solo euro por cedérselo, tendrá que abonar a la ciudad 140.000 euros por el tributo que recauda el consistorio. Y que viene reclamándole desde hace años al Ejecutivo autonómico. Lo llamativo de esta discusión es que quien ahora solicita al ayuntamiento hacer una excepción fue quien llevó a los tribunales, cuando gobernaba la ciudad, la declaración de estos edificios como Bien de Interés Cultural (BIC) y quien ahora, gobernando en el Pignatelli, se resiste a rectificarla para no pagar el IBI.

Así que el ayuntamiento acepta negociar, pero no solo por la Torre del Agua o por la petición de Endesa, sino por la catalogación de todos estos inmuebles. Y, entre tanto, la compañía baraja otras opciones para albergar su convención. Entre ellos el Auditorio de Zaragoza. ¿Y quién ingresaría el dinero si opta por este espacio? El ayuntamiento.

"Estamos hablando para ver qué alternativas hay", declaró el responsable de Expo Empresarial, Francisco de la Fuente, en declaraciones a este diario, quien también admitió que con la exención actual "si se hace actividad económica tenemos que pagar el impuesto". Desde el consistorio confirmaron la negociación pero que tienen "que hablar de la situación de todos los edificios, no solo la Torre del Agua".

Mientras tanto, en esta discusión cordial está en juego también la proyección del edificio, hasta ahora escenario para el rodaje de múltiples spots publicitarios que, aunque suponían ingresos, solo requerían de la obtención de la licencia pero no afectaban a la exención. Este no es el caso de la petición de Endesa, un trato comercial de otras características, aseguran.

Y está en juego la proyección exterior del edificio y de la propia ciudad. Porque el evento que planea Endesa prevé que acudan responsables y directivos del segmento de empresas de la firma energética, perteneciente al área de comercialización, y no se descarta la presencia de clientes. Los responsables de la organización tienen previsto llegar a Zaragoza en las próximas semanas para cerrar los preparativos del evento, que también supondrá el uso de otras infraestructuras y se dejará notar en la hostelería.