En vísperas --previsiblemente el próximo viernes-- de la publicación en el Boletín Oficial de Aragón (BOA) de la normativa que va a regular los tiempos escolares en los centros de Infantil, Primaria y educación Especial, las familias se muestran divididas y se agrupan en sendos grupos creados para la defensa de uno u otro modelo. Incluso, en algunos colegios ya se han producido los primeros episodios de tensión entre los partidarios del cambio hacia una planificación más cercana a la jornada continua y los que desean que todo siga como hasta ahora y que el horario sea partido.

Tradicionalmente, los padres recelaban de la jornada continua, aunque en los últimos tiempos proliferan los defensores del cambio. Así lo atestigua la presencia de muchos de ellos en el grupo Sí a la jornada continua en las escuelas de Aragón, impulsor, con la presentación de más de 16.000 firmas, del actual borrador de tiempos escolares.

Este colectivo aplaude el cambio introducido por Educación, que permitirá a un centro modificar los tiempos escolares previa presentación y aprobación de un proyecto innovador. Aunque la satisfacción no es completa al considerar que va a ser un proceso "excesivamente blindado", apelando al 55% de apoyo necesario del censo de las familias del colegio o el hecho de que los votos de padre y madre se contabilicen individualmente.

SIN CADENCIA

Además, este grupo pide que, este año y de forma excepcional, un centro al que la Administración le niegue el cambio no tenga que esperar dos años para volver a pedirlo "dada la premura de tiempo existente este primer año".

El colectivo asegura que se están dando episodios de "conflictividad" en algunos centros cuyos delegados en el consejo escolar "están desoyendo las peticiones de las familias con el fin de no poder llegar a elaborar el proyecto".

Por su parte, la recién creada plataforma ciudadana en favor de la jornada partida alza la voz de otro grupo de familias que considera que la actual estructura de los tiempos escolares "es la que más se adapta a la educación de nuestros hijos, tanto por su adecuación al ritmo de aprendizaje como a los biorritmos de los niños" y esgrime que este horario se ha impartido durante muchos años "sin que ello haya derivado en un aumento significativo del abandono o incluso del fracaso escolar". Asimismo, advierten a la Administración de "la fractura que este proceso está generando entre la comunidad educativa en un número importante de centros escolares".