APUNTE

El alcalde se la está jugando

Nicolás Espada

Nicolás Espada

Santisteve tiene un grave problema. O consigue poner fin de una vez a la huelga de los autobuses o su futuro político estará marcado por este fracaso. Porque 72 días de paros son muchos. Hace 42 días que reunió a empresa y comité para exigirles un acuerdo, y no consiguió nada. Hace 53 días que fue a una asamblea de trabajadores, y tampoco logró nada. Y eso que tuvo la valentía política que decirles que no se iba a municipalizar el servicio porque no hay condiciones para el rescate, y que el ayuntamiento no va a poner un euro más sino que tiene que ser la empresa quién ponga el dinero necesario de sus beneficios. El resultado es un gran fracaso y mucho más lío. Un fracaso político. Porque la paciencia de los usuarios del bus se está agotando y con ella aumenta el desgaste político y social del alcalde. Si no es capaz de hacer cumplir los pactos a una empresa que no cumple bien su papel de concesionaria de un servicio de transporte en una ciudad de 700.000 habitantes, y no es capaz de frenar a una plantilla que se ilusionó con las promesas de ZeC pero que tiene mejores condiciones laborales que infinidad de trabajadores, el alcalde se la está jugando. Y el tiempo se acaba.

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