VIOLENCIA MACHISTA
El asesino regresó a Medina del Campo tras el juicio
Miguel Moreno dijo que iba a viajar con los 700 euros que llevaba encima

El asesino regresó a Medina del Campo tras el juicio
L. M. G. / F. M. H.
Soraya Gutiérrez se despidió de Miguel Rubén Moreno con la convicción de que jamás iba a volverle a ver. Él se comprometió a no hacerlo y a regresar a Medina del Campo (Valladolid), donde residía. Para ello, iba a utilizar los 700 euros que la Policía Nacional le intervino durante su detención, tras ser denunciado por retención ilegal con el uso de una pistola.
Los investigadores han podido constatar que el asesinó volvió a su casa. Una comprobación que la Policía hizo el pasado 10 de febrero y, por tanto, trece días antes de que volviera a la capital aragonesa y matara de un disparo en la cabeza a Soraya y dejara huérfano de madre a un niño de 5 años. A las 13.05 horas, agentes vallisoletanos le localizaron en su casa y dieron parte al Servicio de Atención a la Mujer de la Jefatura Superior de Policía en Aragón.
A pesar de la lejanía, Soraya tenía miedo. De hecho, todos los días iba acompañada por su hermano, al bar Planet (barrio de Miralbueno), en el que trabajaba y en el que fue asesinada, quien se quedaba a dormir en su casa. El día en el que se produjo este crimen machista, iba sola.
Y es que, según su círculo cercano, la noche del 5 de marzo no se le olvidaba. Cuando acudió a su domicilio en el barrio Oliver, se encontró a Miguel Rubén Moreno sentado en una silla y delante de una mesa. Había utilizado las llaves de casa que ella, según señala la sentencia, le había entregado.
Junto a él había una bolsa de ropa y en las manos llevaba una bolsa de plástico transparente que contenía varías balas y un trapo azul con lo que parecía una pistola. No la apuntó, tal y como recoge el fallo, debido a que la utilizó para presionarla y que volviera con ella. Finalmente consiguió escaparse cuando recibió la visita de una de sus jefas. La Policía intentó buscar el arma, aunque no hubo suerte.
Un hecho que lamentó el abogado del turno de oficio que asistió a la víctima, Saúl Rubio, puesto que "hubiéramos conseguido imputarle la detención ilegal y ahora él estaría en prisión provisional y Soraya estaría viva".
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