Un equipo especializado de ingenieros y geólogos han iniciado hoy el estudio de la ladera que se desplomó hace dos días sobre un tramo de la autovía A-23, en la provincia de Huesca, para evaluar si existe el riesgo de nuevos deslizamientos debido a la inestabilidad de la roca.

La presencia de los expertos ha sido solicitada por los responsables del Ministerio de Fomento, que prevén que el corte del carril ascendente del referido eje viario a la altura del municipio de Nueno se prolongue aún durante un largo periodo de tiempo, sin determinar.

El deslizamiento de rocas, más de 300 toneladas, se produjo sobre las 21.00 horas del pasado domingo a la altura del kilómetro 377 del referido eje viario y afectó a un tramo de varios cientos de metros de la calzada.

Para facilitar la permeabilidad de las comunicaciones en dirección al Pirineo a través del puerto de Monrepós, los responsables de Fomento habilitaron un carril en la calzada descendente de la autovía, que ha pasado a ser bidireccional durante tres kilómetros.

Tras el suceso, que atrapó a dos vehículos sin causar más que un herido leve, la subdelegada del Gobierno en Huesca, María Teresa Lacruz, informó de que antes de valorar la reapertura del tramo al tráfico Fomento estudiará el estado de un tramo de ladera de 600 a 800 metros de longitud, bajo el que discurre la autovía.

Lacruz subrayó que el tramo afectado permanecerá cerrado hasta que los responsables técnicos no garanticen la totalidad seguridad del tramo.

Durante la jornada de ayer, un dron de la empresa Escuadrone TANT sobrevoló la zona para realizar un análisis del estado de la ladera a fin de complementar el trabajo de los técnicos de Fomento con información precisa sobre el estado de la roca y prevenir cualquier accidente para los operarios encargados de limpiar la vía.

Según informa la empresa, asentada en el aeropuerto Huesca-Pirineos, los datos obtenidos servirán, además, para documentar la situación de la ladera.

Escuadrone puso en práctica, además, el uso de unos sensores transportados por el dron utilizados para detectar la más mínima vibración sobre el terreno y predecir así mismo posibles derrumbes futuros.

Tras verificar su funcionamiento, la empresa retiró los sensores, ya que los trabajos de reacondicionamiento de la zona podrían arrojar falsas lecturas.