Aragón fue la primera comunidad en encender la luz de alarma y exigir al ministerio un cambio en los currículos, aunque su solicitud fue secundada por otras comunidades, ya que los malos resultados en FP Básica han sido generalizados. El Departamento de Educación entendía que los contenidos no estaban bien adaptados a las características del alumnado y expuso la conveniencia de modificarlos, aunque el objetivo siempre fue aprobar currículos propios.