El fin de la alerta por ébola y la ausencia de brotes ha provocado que desde el Departamento de Sanidad se haya comenzado a trabajar sobre un nuevo planteamiento sobre la unidad habilitada en el hospital zaragozano Royo Villanova --uno de los centros de referencia a nivel nacional para el tratamiento de pacientes sospechosos de haber contraído este virus--. La intención de Sanidad, de acuerdo con el ministerio, es que estas unidades se mantengan como referencias para posibles casos de ébola por si se dan nuevos brotes, pero también para enfermedades de tipo infeccioso que requieran un dispositivo similar.

De hecho, ya se está trabajando en ello. La situación cambiante aboca a rebajar la tensión sanitaria respecto al ébola para aprovechar los recursos existentes y mantenerse en guardia ante la posible irrupción de otros procesos. "No estamos hablando, por ejemplo, del virus del Zika, que no requiere un dispositivo de este tipo porque su curso clínico es leve y el riesgo de transmisión no tiene nada que ver con el ébola, pero sí es el caso de enfermedades con perfiles de necesidad de aislamiento y una protección de riesgos biológicos de nivel alto", explicó el director general de Salud Pública, Francisco Javier Falo.

En este sentido, un grupo de trabajo conformado por representantes de Salud Pública y del propio hospital planificarán cómo organizarse ante un nivel de alerta inferior y, a su vez, planificar actuaciones en caso de que esta pasara a ser máxima. "Como en la actualidad no hay alerta, reducimos dispositivos y recursos con la firme disposición a planificar el tránsito para estar perfectamente preparados y activos en caso de volver a necesitarlo en unas cuantas horas", dijo.

El Royo Villanova es una referencia para procesos que requieren aislamiento. Ahora, la ausencia de casos de ébola provoca una reducción en la frecuencia de los planes de formación, pero no del todo. Porque los profesionales sanitarios continúan practicando de forma continua la colocación de los uniformes especiales con los que se debe asistir a enfermos sospechosos de haber contraído ébola. "Carece de sentido mantener un dispositivo de esta naturaleza con gente localizada para cubrir turnos, personal para sustituirlos y equipos analíticos específicos", subraya el director general. De hecho, este aparataje, que se adquirió a través del renting y destinado a evitar que las muestras entraran y se procesaran en el laboratorio general y pudiera haber una exposición y un riesgo añadido, ya se han desmontado. Se mantienen la centralita y las cámaras y monitores instalados en el módulo del Royo Villanova, integrado por cinco habitaciones acondicionadas para el virus con vestíbulo previo e instalación de presión negativa.