SALA DE MÁQUINAS

Razones para cambiar o mantener el voto

Juan Bolea

Juan Bolea

Ua de las mayores incógnitas de una nueva, todavía hipotética convocatoria electoral residiría en los cambios que puedan producirse en las urnas. En despejar la incógnita, clave para la formación de futuro gobierno, de qué alteraciones del voto hayan podido producirse entre el 20 de diciembre y el 26 de junio. Y, sobre todo, de qué causas --el voto útil, el miedo, la reflexión--las hayan originado.

En elucidar, como diría Borges, en otro contexto, si el intento de investidura de Pedro Sánchez, únicamente apoyado por los Ciudadanos de Albert Rivera, sirvió para recuperar al PSOE y proyectar a C's a nuevos registros, o justamente para lo contrario.

En tratar de intuir si la estrategia de Mariano Rajoy, fiel, más que nunca, a su ausencia de dinamismo, permaneciendo quieto en la mata, en una posición estática que no le ha llevado a ninguna parte, a recibir encargo alguno del Rey, a pacto alguno o alianza con partido ninguno ha servido de algo al Partido Popular o, por el contrario, le ha restado más sufragios de los que perdió en diciembre.

Si la táctica de Podemos y de Pablo Iglesias (más concretamente), apostando por el referéndum en Cataluña, pero sólo allí, y vetando a C's en cualquier combinación de gobernabilidad va a dar nuevos frutos, más escaños, mayor estabilidad con las otras fuerzas o partidos que apoyan a Podemos (o que se apoyan en Podemos) ha sido una jugada buena, regular o mala.

Si la estrategia de los nacionalistas vascos y catalanes, de los que una mayoría del resto del país está más que harta por su insolidaridad con el resto de las Comunidades y su permanente presión a un Estado del que abominan o abjuran les va a seguir dando competencias y préstamos, o van a dejar de ser decisivos.

Si esta nueva Izquierda Unida de Alberto Garzón que se desangra por varios costados, pero que, fiel a sus viejos vicios, no acaba de influir, gestionar ni gobernar, remonta el vuelo o, noqueada por la Ley D'Hont, queda fuera de la Cámara Baja.

Si hay cambios, en definitiva, en la aritmética parlamentaria que permitan a un nuevo, o al mismo candidato presentarse a la investidura como presidente de un gobierno que acabe con el vacío de poder, o bien entremos en una fase de ingobernabilidad, pues los políticos pueden ser inhábiles para resolver un problema que los españoles no han creado.

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