HURTOS EN DOMICILIOS

Con el agua al cuello

Detenidas tres mujeres que robaban en casas a las que accedían cuando una de ellas, que fingía ser funcionaria, pedía un vaso de agua

EL PERIÓDICO

Cualquier excusa es buena para que los ladrones encuentren la forma de robar, y en los últimos meses se han dado a conocer varios ejemplos de la denominada técnica del vaso de agua, en el que uno de los delincuentes pide esto en una casa para camuflar la entrada de otros compinches.

A esta modalidad se dedicaban las tres mujeres que la Policía Nacional ha detenido recientemente en Zaragoza, como presuntas autoras de varios delitos de hurto. En la mayoría de los casos elegían como víctimas a personas de edad avanzada, a cuyos domicilios accedían con la citada excusa de pedir un vaso de agua.

De las detenidas, con edades comprendidas entre los 20 y los 28 años, y de origen rumano, una se personaba en la puerta de un domicilio, mientras las otras dos aguardaban escondidas cerca. Y la principal, haciéndose pasar por empleada del ayuntamiento o trabajadora social, en ocasiones, se ganaba la confianza del vecino.

Tras engatusar a los moradores, con la excusa de pedirles un vaso de agua y conseguir que le dejaran acceder al interior, de manera disimulada, dejaba la puerta abierta con el fin de facilitar la entrada de sus compinches que se dedicaban a sustraer del domicilio el mayor número de joyas y dinero posibles.

'In fraganti'

Los agentes localizaron a estas tres mujeres cuando abandonaban uno de los domicilios con el botín obtenido. Cuando se dieron cuenta de la presencia de los policías intentaron deshacerse de las joyas sustraídas, escondiéndolas en varios maceteros de un inmueble cercano, aunque fueron encontradas por la Policía y devueltas, en su mayor parte, a sus dueños.

Las investigaciones, que han sido desarrolladas por el Subgrupo de Hurtos, han permitido atribuirles al menos tres de estos delitos, aunque siguen abiertas por si pudiesen haber cometido más, quizá no denunciados.

Estas bandas especializadas en hurtos utilizan métodos diversos aunque en el fondo similares. Uno de los que más se ha detectado en los últimos tiempos es el del abrazo, en el que con cualquier excusa --desde ofrecer servicios sexuales a ser un pariente lejano-- abrazan a las víctimas y las desvalijan.

La Policía recuerda periódicamente que hay que advertir a los mayores de que no se dejen tocar por desconocidos, y mucho menos les dejen entrar en sus casas.

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