Balance del Ministerio del Interior

Los atracos se disparan un 32%, a pesar de que baja la criminalidad

Aragón registró 9.448 infracciones penales en el primer trimestre. En el mismo periodo hubo tres crímenes, uno menos que en el 2015

Los atracos se disparan un 32%, a pesar de que baja la criminalidad

Los atracos se disparan un 32%, a pesar de que baja la criminalidad

F. M. H.

La delincuencia en Aragón volvió a descender, por enésima vez consecutiva durante los tres primeros meses del año. Lo hizo de forma muy ligera, un 0,6% --pasaron de 9.502 delitos y faltas el año pasado a 9.448 este--, pero para seguir consolidando la reducción de la criminalidad de la que viene presumiendo el Ministerio del Interior. Esta vez no fue a través del delegado del Gobierno, Gustavo Alcalde, ya que extrañamente los datos fueron colgados en la web antes de que este los presentase.

Pese a que la delincuencia en general se reduzca, sorprende el crecimiento de los robos con violencia e intimidación, un 32% más en el periodo de enero a marzo de este año con respecto al mismo periodo anterior. Concretamente, en el 2015 fueron 184, y se han incrementado hasta los 243.

Esta cifra de atracos, robos con el procedimiento del tirón y otras variedades sorprende porque no está muy lejos de la del último trimestre del año pasado (cuando fueron 280), normalmente el más movido del año por las fiestas navideñas. De hecho, la delincuencia general en este primer trimestre del 2016 fue un 5% inferior a la del anterior, con 500 infracciones menos.

HOMICIDIOS

Este año se han producido --o al menos han trascendido-- cuatro muertes violentas en Aragón. Serían cinco si, finalmente, la muerte de un vecino de Calatayud tras haber discutido con otro padre de un colegio se considera homicidio, algo que aún está bajo investigación judicial.

Teniendo en cuenta solo el primer trimestre, que analiza el balance de Interior, se registraron tres asesinatos en Aragón, todos ellos en la provincia de Zaragoza: el de un indigente argelino en la avenida Cataluña de la capital, en enero; el de un rumano tiroteado en Ricla, la misma semana y el de una mujer a manos de su pareja, que después se suicidó con la misma pistola, en un bar de Zaragoza.

El último tiene poco que investigar, salvo la suerte de la detenida por vender el arma al asesino y suicida. El asesinato del joven rumano está pendiente de la calificación fiscal, una vez decidido que su presunto asesino, Francisco José Canela, se sentará en el banquillo ante un jurado.

Todo hace indicar que también lo hará el encarcelado por el asesinato del indigente, Jorge Callejas. Su abogado, el penalista José Luis Melguizo, ha pedido sin éxito que sea excarcelado por las pocas pruebas que hay en su contra. Por ejemplo, ha señalado que solo hay un resto de sangre minúsculo en un pantalón de su propiedad --que pudo ser de una pequeña herida, ya que estuvo con la víctima--, pero el resto de ropa estaba totalmente limpia pese a la carnicería que, según la autopsia, fue el crimen.

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