El Consejo de Gerencia de Urbanismo del Ayuntamiento de Zaragoza cerró ayer todas las puertas al posible pelotazo urbanístico en los suelos del antiguo colegio Jesús y María. Una parcela de 9.828,11 metros cuadrados y 36.504 edificables en pleno centro de Zaragoza --con salida a la avenida Goya y a la calle Hernán Cortés-- sobre los que la propiedad, Bilbao Patrimonial SA (ahora Wilcox), pretendía una recalificación a residencial desde el 2007 para levantar 380 pisos. Su problema era que el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de Zaragoza no se lo permite, al calificar esa pastilla para uso de equipamientos (deportivos, culturales, educativos, sanitarios, asistenciales, religiosos o de espectáculos) pero no para vivienda. Y desde ayer, que para cumplir ese deseo tendrá que iniciarse el expediente desde el principio.

Ha pasado tanto tiempo desde que lo solicitó en diciembre del 2007 que ya nadie esperaba que ese expediente siguiera vivo en Urbanismo. Sobre todo porque tanto la DGA como los tribunales le negaron su petición por la via judicial, refrendado finalmente por el Tribunal Supremo en una sentencia del 11 de octubre del 2011 desestimando su intención de modificar a la fuerza el PGOU para hacer esos pisos.

DIÁLOGO El responsable de Urbanismo del Gobierno municipal, Pablo Muñoz, incluyó este asunto en el orden del día de la Gerencia celebrada ayer para darle carpetazo con el apoyo de todos los grupos municipales excepto el PP, que se abstuvo porque entiende que la edificación serviría para lograr equipamientos públicos para el distrito.

"Una pieza tan importante en una zona de la ciudad carente de equipamiento público deportivo, se merece abrir una puerta al diálogo", señaló el conservador Pedro Navarro, para quien este "fracaso" que supone tener el expediente parado casi nueve años requiere de una respuesta "intermedia" del actual equipo de gobierno municipal, intentando, como se ha hecho en otros barrios, abrir un proceso participativo con los vecinos para conocer las necesidades de equipamientos que se podrían satisfacer.

Muñoz replicó que "la primera opción es que siga siendo para un equipamiento y cumpla esa función" y que "si no hay reconversión del uso habrá que decidir qué hacer". Incluso aseguró que "no sería descartable que a medio plazo la Administración tome el control" sobre la parte que le corresponde, unos 1.500 metros cuadrados, e impulsar ese equipamiento. Pero advirtió de que los dueños están pensando ahora en crear uno propio.