La conservación de Averly se la juega a todo o nada en la próxima comisión de Urbanismo del Ayuntamiento de Zaragoza. El Gobierno municipal desveló ayer cuál es su plan para lograrlo in extremis. Toca decidir políticamente, el próximo miércoles, si se aprueba una fórmula para evitar la demolición de las naves no catalogadas o asumir la concesión de la licencia de derribo. Una solución que Zaragoza en Común (ZeC) anunció que pasa por iniciar la modificación del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) para que los suelos pasen a ser de equipamientos y no de uso residencial como ahora, paralizando el plan parcial para levantar 200 viviendas, catalogar el 100% de la propiedad y trasladar la edificabilidad a otro solar próximo que está por acordar. Es lo que solicitaba Apudepa en las alegaciones, que ZeC pide aprobar de forma anticipada.

Sería una especie de expropiación o permuta por la vía de la recalificación que, según el responsable de Urbanismo, Pablo Muñoz, cumple con la legalidad, no le costará un euro al consistorio y permitirá al dueño, Brial, hacer sus viviendas en otra zona.

Se expone a un recurso en los tribunales y saldrá gratis la operación siempre que los aprovechamientos que se generen en esos otros terrenos --aumentando al máximo la edificabilidad-- permitan obtener el dinero necesario para pagar la rehabilitación integral de las naves para convertirlas en "equipamientos públicos de carácter social y cultural" de los que adolecen en Delicias y en la zona Centro.

"Solo cabe salvar o derribar", aseveró el edil de ZeC, quien defendió que la factoría "representa la defensa de la historia de la ciudad". "El PGOU puede ser la pieza angular", insistió, al tiempo que denunció que la constructora "está azuzando para el derribo pero no está cumpliendo con la tramitación del plan parcial". Muñoz aseguró que no ha entregado toda la documentación y el derribo haría irrelevante su aprobación o el pronunciamiento pendiente en el Tribunal Superior de Justicia de Aragón (TSJA) sobre la catalogación.

Conseguirlo depende de obtener "mayoría absoluta" en el pleno --la abstención favorece el derribo--, es decir, ZeC necesita 16 votos. Por eso apeló al PSOE, Ciudadanos y CHA a secundar la oferta. No al PP, al que acusó de torpedear las negociaciones con Brial en diciembre "por su afán de incluirlo en su póker de macroproyectos" (junto al outlet de Pikolín, la clínica Quirón junto a La Romareda y el supermercado en Lestonnac). Una utilización "torticera, falaz y mentirosa".

Brial se niega a aceptar porque "Averly ya está a salvo". Porque "la autoridad competente --Patrimonio-- protegió lo que merecía ser protegido", un 33% del suelo. Además, aseguró que el consistorio ya tiene 20.000 metros cuadrados de suelo de equipamientos en el entorno.