Despejadas las incógnitas electorales; con el curso político ya en pantalón corto veraniego y con el Gobierno autonómico a punto de soplar la vela de su primer año de actividad, el presidente, Javier Lambán, volvió a ofrecer un pacto de legislatura a Podemos. La formación morada no tardó en responder para rechazar la oferta. La sombra de la corrupción se cierne sobre el PSOE, según dijeron, algo que imposibilita cualquier atisbo de acuerdo estable.

Pablo Echenique y los suyos, vía nota de prensa, dieron calabazas a los socialistas. "Sobre el PSOE de Aragón pesa la sombra de la corrupción y hasta que no se disipe, no vamos a llegar a ningún tipo de acuerdo con ese partido", dijeron. Podemos, sin embargo, no solo hizo presidente a Javier Lambán, sino que aprobó sus presupuestos y la mayor parte de sus políticas.

Para Echenique, dice la nota, "hasta que el máximo responsable político durante el mayor caso de saqueo de dinero público de nuestra historia, el señor Marcelino Iglesias, no deje su acta de senador; hasta que el PSOE no nos aclare por qué todo aquel que mandaba algo en su partido durante el escándalo de Plaza recibió regalos de la empresa corruptora, Acciona, no hay acuerdo posible". Los socialistas mostraron su "perplejidad" por este comunicado. Lambán iba a comparecer ayer para explicar estas cuestiones en las Cortes a petición de Podemos, que sorprendentemente decidió rectificar y retirar la solicitud, recordaron.

NORMALIDAD

El presidente quiso enfriar los ánimos tras la pasada campaña electoral. Apostó por "retomar la normalidad en las relaciones" entre socialistas y podemistas. "Hay que sentarse y buscar nuevas etapas que cubrir en la legislatura sobre acuerdos concretos", dijo.

Aunque no fue claro al respecto, pareció rechazar la posibilidad de poner un nuevo documento sobre la mesa a modo de pacto para evitar que se "sacralice". "De lo que se trata es de conseguir una predisposición hacia el acuerdo", señaló. Por el momento ni siquiera existe en Podemos. El Parlamento celebra hoy su último pleno y todo apunta a que Podemos y PSOE no se sentarán a hablar hasta septiembre. Un periodo prudencial para calmar los ánimos un tanto exaltados que unos y otros tienen en sus filas.

Lambán dio ayer un primer paso para tratar de rebajar la tensión. Admitió haber tenido "algún desliz", en referencia seguramente a sus ataques al alcalde de Zaragoza, Pedro Santisteve. A partir de ahí, aseguró haber sido "muy cuidadoso" en campaña, e incluso, recordó, en alguna ocasión haber hecho comentarios "elogiosos" de Echenique. En esa "amalgama" que representa la formación morada "la parte más coherente" es Podemos Aragón, reconoció. "Comentarios que puedan dar lugar a desencuentros definitivos por mi parte, ninguno".

Pero Lambán es consciente de que la legislatura está a punto de cumplir el primer año. Y que las sucesivas elecciones, unidas a los problemas domésticos, han impedido desarrollar una actividad de Gobierno normalizada. Todos los partidos están "en fase de digestión" de los resultados del 26-J y debe ser rápida porque los problemas de los ciudadanos "no pueden esperar". El jefe del Ejecutivo mostró su confianza en que eso ocurra "lo antes posible" y dijo estar convencido de que las "aguas volverán a su cauce" porque Echenique siempre ha demostrado "buen juicio". Entre los socialistas preocupan más algunos sectores de Podemos que el propio líder podemista, que siempre ha estado abierto al diálogo. En todo caso, y pese a las dificultades, Lambán reiteró que mantendrá "inalterable" hasta el final la hoja marcada con los partidos políticos que apoyaron su investidura como presidente, CHA, IU y Podemos. Rechazó cualquier acuerdo estable con el PP.