La localidad castellonense de Benicàssim ha celebrado la I Feria Nacional de Novela Romántica y sus jornadas han supuesto una verdadera inmersión en su actualidad y esencia, en los cánones de su elaboración y en los motivos de su éxito.

Destacó Megan Maxwell, una autora capaz de publicar varias novelas al año y de arrastrar a un enorme número de lectores a un grado de implicación y complicidad como no resulta fácil ver en el mundo literario.

En el mundillo de la Romántica, que crece y crece, con decenas, cientos de autores (en su mayoría, autoras) y la aparición de nuevos sellos editoriales, Maxwell ejerce como punta de lanza, abriendo mercados y compitiendo en ventas con los best-sellers. Otras escritoras especialmente dotadas para el género, como Ruth Lerga, Olivia Ardey, Noelia Amarillo, Elena Montagud, Perra de Satán, Anna Casanovas, Ditar de Luna, Merche Diolch, Ana Iturgaiz, Lucía de Vicente o Yolanda Quiralte dejaron constancia en Benicàssim de su habilidad para tejer subgéneros en torno a la elaboración de historias de amor que transcurren en períodos históricos (Edad Media, Renacimiento o siglo XIX, modalidad llamada Regencia), ámbitos futuristas, grandes ciudades, institutos, parajes exóticos o cualquier época y lugar factibles para escribir una bella historia de amor, a veces trufada de un erotismo sin complejos, explícito y sensual como la vida misma, como el sexo mismo.

A la cita se incorporaron autoras, como Marta Querol o Genoveva Casanova que, sin pertenecer propiamente al género romántico trabajan con intensidad y originalidad los planos sentimentales de la pareja en varias de sus múltiples variantes.

También participaron en esta I Feria de Novela Romántica, muy bien organizada por Patricia Artero y su equipo y presentada en hoteles y paseos frente al mar, con grandes públicos que llenaron hoteles y restaurantes, algunos de los editores/as especializados/as en el género, como Marisa Tonezzer, Consuelo Olaya, Esther Escoriza, Andrea Tommasini o Esther Sanz, cuyas expectativas para la novela romántica española quedaron meridianamente expuestas en el contexto de tertulias y mesas redondas aportaron a la Feria un plus de materia y un analítico rigor dirigido al fenómeno de un género que se abre paso en el corazón de los lectores.