Los técnicos de Urbanismo en el Ayuntamiento de Zaragoza desaconsejan la aprobación definitiva del plan especial que permitiría la creación del outlet de Pikolín en la carretera de Logroño. Lo sabe la empresa, desde hace semanas, y también los partidos políticos, que insisten en hablar de "parálisis y bloqueo político" --ayer mismo lo hacía el PP--, pero también el Gobierno de Zaragoza en Común (ZeC), que no quiere pronunciarse. Los argumentos, que pronto se plasmarán en un expediente definitivo, están más referidos a cuestiones de normativa que de voluntad política. Por una cuestión clave: el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) no admite usos comerciales, lúdicos ni de restauración en el actual Pikolín pero los promotores, Iberebro, piden hacer una excepción, que los técnicos no ven justificada.

Los dueños apelan a un precedente en Zaragoza, la construcción de Puerto Venecia, que precisamente es lo que, en opinión de los técnicos, invalida esta excepcionalidad. Entonces se entendió que la propuesta era una oferta de ocio integral de la que carecía Zaragoza. Ahora, para la petición del outlet de Pikolín, esta ya existe: es Puerto Venecia.

DOS TERCIOS

Los partidos políticos en el consistorio zaragozano se preparan para el debate, la aprobación definitiva del plan especial para los suelos de la carretera de Logroño está en juego. Está en tramitación aceptar la modificación del PGOU para que estas parcelas puedan albergar unos usos comerciales ahora no autorizados que, según la documentación de Iberebro, representaría dos tercios de la superficie total de este espacio, 153.428,4 metros cuadrados edificables que plantean los promotores en un suelo urbano no consolidado (zona H).

Fuentes consultadas por este diario explicaron que los argumentos que defienden los técnicos tratan de una cuestión referida más a la normativa que a voluntades políticas, porque no prevén avalar una excepcionalidad que se pretende para la que no hay motivos objetivos que justifiquen el interés público ni argumentos que garanticen que no conllevará un impacto desfavorable dentro del tejido urbano, el comercio minorista en la ciudad consolidada.

En el caso de Puerto Venecia se entendió que era una oportunidad justificada por la estructura comercial que ofrecía Zaragoza. ¿Qué motivo alegar para otro macrocomplejo? El debate es el interés público de una iniciativa que, en base a la normativa, debería estar en suelo comercial.

OTRO ESCOLLO

Pero además hay más consideraciones que separan a los planes de Iberebro del acuerdo con el ayuntamiento. Uno sería fijar los sobrecostes que su implantación generaría en la movilidad de la ciudad para acercar a sus clientes y que la empresa los asuma. Otro, el principal, es el 10% del aprovechamiento que se le exigiría a los dueños del suelo por la revalorización de los terrenos. Aceptar este plan especial le obligaría a acatar su obligación de ceder este porcentaje al consistorio.

Pero la empresa apela a la exención que, afirma, se aplica con carácter general a todos los planes especiales tramitados en este tipo de suelos. Y añaden que hay un acuerdo suscrito entre Pikolín y el consistorio para impulsar el planeamiento de esta área y ubicar las instalaciones actuales en otro emplazamiento (que ha resultado ser Plaza). Los técnicos responden que entonces no se contemplaba la venta minorista como posible uso.

Demasiadas dudas para un debate que ZeC afrontará este año y en el que le preocupa que el PSOE esté tan próximo a esta iniciativa privada. Con el presidente de Aragón, Javier Lambán, en la reciente presentación en Madrid de un proyecto vinculado a la misma, ratificando el respaldo que le dio el Gobierno de Juan Alberto Belloch la legislatura pasada con la aprobación inicial de este expediente. Un Gobierno actual en el que está IU, que entonces votó en contra.