Sonriente, como una actriz de Hollywood desfilando por la alfombra roja de los Oscar o como una reina entrando a palacio, así ha llegado esta mañana la exalcaldesa de La Muela María Victoria Pinilla a la Audiencia Provincial de Zaragoza, atenta a las cámaras desde que ha bajado de un taxi, con un comportamiento altivo y dispuesta a escuchar su condena en el juicio por el caso La Muela, pero como si la mayor trama de corrupción urbanística hasta ahora juzgada en Aragón no fuera con ella.

Enfundada en un traje de pantalón blanco y chaqueta a rayas azul marino, que recuerda a los barrotes de una celda, quizá elegido ex profeso para la ocasión, o en homenaje a Beetlejuice, el mítico personaje de Tim Burton, solo le faltaban en su atuendo los grilletes y la bola como complemento. Las gafas de sol -estilo Tom Cruise en Top Gun- y los zapatos spectators a juego también han acaparado todas las miradas.

Ya, durante la lectura pública de la sentencia, ha mostrado su falta de decoro interrumpiendo mientras hablaba con una abogada y algunos de los presentes en la sala, algo que no ha hecho mucha gracia al tribunal, pero esto ya viene de lejos, concretamente durante su etapa al frente del consistorio muelano, tal y como ha quedado probado por la justicia.