La empresa Iberebro se ha referido en varias ocasiones al convenio urbanístico que firmaron en su día el responsable de Urbanismo del Ayuntamiento de Zaragoza, Carlos Pérez Anadón, y el dueño de Pikolín y del Grupo Iberebro, Alfonso Soláns. Un documento en el que se basa el argumento de que el consistorio se comprometió a favorecer la aprobación del plan especial de los suelos de la carretera de Logroño a cambio de que no se marchara la factoría de la capital aragonesa. Un acuerdo con el que hoy no obligaría a indemnizar a la empresa en caso de que su proyecto de outlet se frustrara.

«En el supuesto de que, por causas no imputables a las partes firmantes, resulte inviable la ordenación urbanística propuesta, no se generarán responsabilidades de ningún tipo imputables al Ayuntamiento de Zaragoza, razón por la que los particulares no ostentarán derecho a reclamar indemnización o contraprestación alguna». Así reza en el documento suscrito el 16 de abril del 2008 entre Pérez Anadón y Soláns. Un acuerdo en el que, además, se han incumplido los propios plazos que las partes firmantes se marcaron.

La empresa no presentó «en un plazo máximo de seis meses, a contar desde la fecha de la firma de este convenio» el plan especial de reforma interior de los terrenos de su propiedad en la carretera de Logroño (estipulación tercera). Al menos este no obra en el expediente que hoy se vota.

El consistorio tampoco cumplió su parte. «Si el planeamiento necesario no alcanzase la aprobación definitiva en el plazo de 18 meses, a contar desde la firma del presente convenio, por causas no imputables a las sociedades intervinientes, estas, si así lo solicitan, quedarán plenamente liberados de sus compromisos».

En este punto hay que remontarse a abril del 2015, que es cuando se concentran todos los pasos dados en la tramitación desde el área de Urbanismo que dirigía entonces Pérez Anadón. Se lleva a la Gerencia de Urbanismo la petición de desarrollar el plan especial solicitado por Iberebro. Siete años después del convenio. Y recibe el apoyo unánime.

En aquel expediente, no se habla de la implantación de comercio minorista, ni de un outlet en Pikolín. El proyecto se da a conocer pocos días después. Y tres días antes de que el Gobierno, en tiempo récord, aprobara la primera propuesta de plan especial. Siete años después. H