Se han registrado temperaturas extremas de 17 y 23 grados bajo cero, acumulaciones de nieve de más de un metro en apenas unas horas, problemas con la luz y la telefonía móvil, cortes de carreteras... Ha sido una semana atípica la que ha provocado el frente frío continental que ha azotado Aragón desde el pasado domingo. Pero, salvo los problemas en la provincia de Teruel del jueves y el viernes --efecto rebote de la Comunidad Valenciana-- se han resuelto sin sobresaltos.

Agentes de la Guardia Civil, bomberos, voluntarios, policías, operarios de carreteras, técnicos, funcionarios, ingenieros... han desafiado al frío estos días para paliar sus efectos entre la población y hacer que estampas como las que figuran en la parte superior de estas páginas sean solo imágenes para el recuerdo de una nevada que, en algunos municipios, han calificado de «histórica».

Porque las precipitaciones no solo causan problemas inmediatos, su acumulación puede acarrear, sobre todo en zonas de montaña, avalanchas y aludes, hundimientos de tejados... y es necesario reducir los riesgos cuanto antes.

EL PERIÓDICO ha hablado con algunos de estos profesionales que, mientras la inmensa mayoría de la población se guarecía en casa, trabajaban a la intemperie para minimizar los efectos del temporal.