Valderrobres tiene una gran deuda con Carlos Orona Andreu, un albañil local que puso tanto empeño en la recuperación del patrimonio que acabó convertido en escultor. Orona, que falleció en el 2015 a los 68 años, empezó desde muy joven a trabajar en los prolongados trabajos de restauración que se han desarrollado en la villa.

«En el 65, con 18 años, participó en las obras de la iglesia», explica Antonio Monfort, que muestra una foto, expuesta en el museo de Valderrobres, en la que se ve al albañil subido a un andamio adosado a un muro del templo.

En realidad, el propio museo, que se inauguró en el 2015, debe mucho al escultor autodidacta. Una de sus plantas está ocupada en gran parte por las obras de Orona, sobre todo reproducciones a escala de las iglesias del Matarraña, una obra en la que se embarcó en los últimos años de su vida y que una muerte prematura le impidió culminar.

«Son miniaturas que requieren un trabajo enorme y paciente», señala Monfort. «Orona esculpía las iglesias en bloques de piedra, a escala, basándose en sus mediciones a ojo para conservar la proporción», explica.

Junto a las iglesias, una cadena hecha de eslabones de piedra tallados también en un solo sillar, una obra de la que los valderrobrenses se sienten justamente orgullosos.

El albañil es también el artífice de la recuperación de uno de los tres rosetones de la fachada de Santa María la Mayor, el templo que se levanta junto al castillo. «Hace años, el rosetón se cegó porque estaba hueco, sin dibujo», indica Monfort.

Pero la suerte quiso que apareciera un fragmento de la ventana circular y, a partir de él, Orona reconstruyó la forma original del motivo del rosetón.

Con todo, las obras del escultor hecho a sí mismo son solo una parte del museo, que tiene vocación didáctica y también se centra en el arte, en la naturaleza y en los pueblos monumentales del Matarraña.

FAMOSA SOPRANO

Otras salas se consagran a cuadros de Álvaro Pradera, un pintor de la zona, a una serie de dioramas de Belén, obra de José Luis Catalá, y a una colección de trajes típicos con sus complementos.

En una estancia se reproduce una clase de una escuela tradicional, pero este espacio acogerá en adelante una muestra de la vida de Elvira de Hidalgo, la soprano nacida en Valderrobres en 1891 y que fue profesora de la célebre María Callas.