Los desdoblamientos de las carreteras N-II y N-232 son algunas de las obras más demandadas por los aragoneses, sobre todo por la gran cantidad de accidentes y muertes que acumulan año tras año. Mientras las partidas asignadas desde el Ministerio de Fomento para las obras y licitaciones acumulan retrados, el Ejecutivo de Mariano Rajoy destina 6,6 millones de euros a mantener las subvenciones de peaje aplicadas a las autopistas AP-2 y AP-68 que permiten evitar los tramos conflictivos.

La concesionaria de la AP-68 recibe 3,3 millones para asegurar la gratuidad del trayecto de ida en el tramo Zaragoza-Gallur y una bonificación del 25% para el peaje de los vehículos pesados.

El tramo entre Alfajarín y Fraga de las AP-2 recibe la misma cantidad para facilitar el tránsito de vehículos ligeros y pesados. Por su parte, el Gobierno de Aragón subvenciona la exención del peaje a los camiones para el tramo entre Alfajarín y Pina de Ebro.

Las cuentas estatales presentadas el lunes igualmente contemplan, aunque de forma adicional, y sin figurar en el anejo de inversiones por ser una aportación que se considera extrapresupuestaria, una inversión por parte de las sociedades concesionarias de las dos autopistas de peaje en Aragón de 4,8 millones de euros.