El Ayuntamiento de Olvena acordó el pasado viernes externalizar el servicio de medición del consumo de agua, una medida que se adopta tras la reciente desaparición de 15.000 litros del depósito municipal y una moción de censura fallida contra la alcaldesa, la conservadora Sabina Gudel.

El uso del agua ha provocado graves enfrentamientos en la localidad, con solo medio centenar de habitantes, por las acusaciones que se han lanzado entre los vecinos por el consumo excesivo, los contadores supuestamente manipulados o los incumplimientos de la normativa de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE).

La alcaldesa sostiene que hay propietarios de fincas que derivan al riego caudales atribuidos al consumo humano, pero los aludidos lo niegan. La polémica se agudiza en verano al crecer la población.