Una excavación llevada a cabo por los arqueólogos José Luis Cebolla y Francisco Javier Ruiz en el paraje zaragozano de la Mora Encantada de Ateca ha confirmado el enclave de la batalla de Alcocer, en la que, según el Cantar de Mío Cid, participó el legendario Rodrigo Díaz de Vivar.

La Diputación de Zaragoza (DPZ), que subvenciona la campaña con 10.000 euros dentro de las actividades del Consorcio Camino del Cid, informó ayer sobre estos hallazgos.

Su importancia es vital ya que confirman una destrucción violenta de este asentamiento y un abandono precipitado hacia finales del siglo XI. Esta conclusión se ha obtenido fruto de la presencia de materiales quemados que muestran signos inequívocos de haberse producido un incendio en este lugar, un hecho, entre otros, que provoco la huida rápida.

Además, en el suelo se ha encontrado también la boca de un silo que se utilizaba para almacenar grano así como gran cantidad de material cerámico datables en el siglo XI. Entre los instrumentos hallados, principalmente de cocina, destacan las ollas, las redomas, las jarras, las tinajas, las cazuelas, los candiles y las tapaderas, además de dos puntas de flecha de hierro, que han supuesto la principal novedad en esta excavación.

La investigación ha incluido entre sus estudios un área de excavación de unos 100 metros cuadrados. Han sido suficientes para sacar a la luz parte de dos estancias vaciadas que conservan muros de hasta un metro de altura y dos metros de potencia, similares a los de una atalaya o construcción de control o defensa y que permiten hacerse una idea de cómo vivían en la época y qué uso se le daban.

Del mismo modo, la investigación puede precisar que dicho asentamiento, datado en época islámica, no fue nunca más ocupado de forma permanente tras su abandono inicial, pues no se observan materiales ni niveles estratigráficos posteriores al periodo andalusí.

De acuerdo con el mítico cantar de gesta, el Cid Campeador llevó a cabo la conquista del castillo de Alcocer tras ser desterrado de Castilla por Alfonso VI en 1081.

Para ello, instaló su campamento en un promontorio cercano a Ateca desde el que asedió la fortaleza musulmana durante quince semanas en las que, según el texto, hizo frente a un ejército de 3.000 soldados que envió el rey taifa de Valencia para socorrer a los sitiados.

Con estos hallazgos se confirma una parte de la historia que da mayor renombre a Aragón y al Cid Campeador. Este importante proyecto se ha podido llevar a cabo gracias a la financiación del mismo por parte de diversas instituciones, entre ellas, la Diputación Provincial, que ha aportado a la investigación más de 10.000 euros.