El cielo amenazaba ayer tormenta, aunque al final, respetó una de las tradiciones más históricas e importantes del Pirineo: la celebración de la exaltación del traje tradicional ansotano. En sus 47 ediciones los vecinos nunca se han tenido que guardar los enseres por culpa de las lluvias. Todo un logro que sin embargo afectó a la presencia de turistas y visitantes.

Así, con sus mejores galas los vecinos de Ansó disfrutaron de uno de sus días grandes, presumiendo, además, de ser uno de los pueblos más bonitos de España. La jornada empezó para muchos a las 5.30 de la madrugada, momento en el que las responsables del ropero municipal comenzaron a vestir a los vecinos. En total, había 15 variedades de trajes tradicionales.

La alcaldesa, Montse Castán, ejerció de anfitriona luciendo un traje de fiesta y un bastón de mando. La consejera de Ciudadanía, María Victoria Broto, el diputado provincial Fernando Sánchez y la directora provincial de Educación, Olga Alastruey estuvieron presentes durante la fiesta, que comenzó oficialmente a las 11.30 horas con el acto más esperado: el desfile de trajes, presentado por Regina Trigo, cantadora de jotas y experta en indumentaria.

Castán declaró desde el balcón del ayuntamiento que el día de ayer era «el de la ilusión» por una sencilla razón, «por vivir esta tradición y del orgullo de sentirse ansotano y montañés».

Para Broto, esta localidad «demuestra la riqueza tanto en cultura como en tradiciones que tiene el Pirineo aragonés» gracias, entre otras cosas, y al esfuerzo tanto del ayuntamiento y, sobre todo, de los ansotanos.

Y año tras año lo consiguen. De ahí el éxito de esta jornada, que cada edición es capaz de reunir a tanta gente interesada en conocer cómo era los trajes de época. Una indumentaria que llama la atención a los más pequeños por su volumen, su colorido y la gran diferencia con la actualidad. Únicamente las jotas previstas para la tarde tuvieron que hacerse a cubierto.