El pleno del Ayuntamiento de Zaragoza aprobó ayer por unanimidad, y a propuesta del PP, ponerse a trabajar por revitalizar y poner en valor todo el legado que dejó la Expo del 2008 en la ciudad. Una iniciativa que se enmarca en vista de la celebración, el próximo año, del décimo aniversario de la muestra internacional que «transformó la ciudad» y «le puso en el mapa internacional». Así lo destacaron tanto el grupo proponente de la iniciativa, los conservadores, como los responsables de la gestión y ejecución del evento, el PSOE, señalando ambos al actual equipo de Gobierno, de Zaragoza en Común, por «avergonzarse» de él en muchas ocasiones.

De hecho, la concejala Arantza Gracia no escondió su «desconfianza» por lo que representaba la Expo y esas «políticas de grandes fastos» que dejó también «actuaciones cuestionables» como, ejemplificó, «un dragado del río» en la muestra que versaba sobre el agua y el desarrollo sostenible. Y también por los «300 millones de euros de deuda» heredados y que todavía está pagando el consistorio. Pero prefirió centrar su intervención en que ya está hecho todo, en el «¿y ahora qué hacemos?» con ese legado.

También dijo estar «orgullosa» de obras como el Pabellón Puente de la prestigiosa Zaha Hadid o de las «intervenciones artísticas» presentes junto al Ebro, por lo que manifestó la apuesta de ZeC por poner en valor el legado ahora abandonado pero, eso sí, «pidiendo la implicación del Gobierno de Aragón».

Fue su condición para apoyar una moción en la que el PSOE añadió «al Estado» como parte de los actores que, igual que en el 2008, también ahora debe dar un paso al frente por ese recinto. El PP admitió ambas coletillas al tiempo que recordó que el Gobierno central es el «único que ha hecho algo» por los edificios emblemáticos, reparando el deterioro del Pabellón de España.

Ciudadanos y CHA se sumaron al acuerdo, por entender que la Expo supuso un legado que no se puede dejar perder.