A pesar de que la Navidad está más cerca ya se respira ambiente de Semana Santa en Zaragoza. La iglesia de Santa Isabel de Portugal, vulgo San Cayetano, se ha transformado en un museo que cuenta con más de 400 piezas, tanto de imaginería como de documentos. Abre hoy sus puertas al público de forma gratuita, hasta el 31 de enero.

El motivo de esta exposición es la conmemoración de los 400 años de la primera salida procesional del Santo Entierro por las calles de la capital aragonesa, que ya en 1617 fue organizado por la Hermandad de la Sangre de Cristo.

Ignacio Navarro, responsable vocal de patrimonio de esta hermandad, define esta exhibición como algo «completamente atípico» y sin precedentes en Aragón. Y es que en vez de disfrutar del arte a través de los pasos, como ocurre durante la Semana Santa, en esta ocasión se podrán apreciar las tallas desde una perspectiva más cercana y con todo lujo de detalle, ya que están expuestas sin sus tronos. «Los rasgos, las dimensiones y las formas de las figuras se podrán distinguir de un modo que no es posible en la calle porque el viaje es muy largo», indicó Navarro.

Las obras se presentan de forma cronológica remontándose a 1808, cuando la mayor parte del patrimonio artístico y procesional que la Sangre de Cristo conservaba se perdió en los asedios de los Sitios de Zaragoza. «Lamentablemente se desvaneció todo con la destrucción del convento de San Francisco», explicó Wifredo Rincón, comisario de la exposición junto al hermano mayor de la Hermandad, Ignacio Giménez Baratech. «Es por eso hemos querido comenzar la presentación dedicando la primera sala a este momento y hacer un recorrido desde entonces hasta nuestros días», añadió.

A lo largo de la exposición destaca la Sala Capitular, donde se encuentran los estatutos de la hermandad, fotografías antiguas de principios de siglo, un emblema de la Sangre de Cristo o un libro de recogida de cadáveres. «Disponemos de una pincelada muy importante y única en el mundo que es la labor de la hermandad tan caritativa y misericordiosa como es la recogida de cadáveres en el partido judicial de Zaragoza y que todavía conservamos», explicó Navarro.

Entre las más de 400 obras despuntan algunas como Descendimiento de la cruz (1847) de José Alegre y Albano, la acuarela de 33 metros de largo Procesión del Santo Entierro (1868-1870) cuyo autor es anónimo, y el Santísimo Cristo de la cama, de creador también desconocido y datada en el siglo XVI.

«Todos los zaragozanos deberían venir a ver esta exposición porque es una auténtica lección de historia», concluyó el hermano mayor.