Varios grupos ecologistas de Aragón han presentado hoy a la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) la solicitud de la extinción concesional del azud del Ebro que fue otorgada al Ayuntamiento de Zaragoza para la explotación hidroeléctrica.

José Antonio Domínguez, miembro de Amigos de la Tierra Aragón, ha explicado hoy a los medios que esa explotación hidroeléctrica "nunca" se ha construido.

"Han pasado los plazos prudenciales y por lo tanto el azud no tiene sentido que esté obstaculizando el río y ocasionando problemas ambientales", ha destacado.

Por su parte, el delegado de SEO Birdlife en Aragón, Luis Tirado, ha comentado que cuando en un río se pone un azud, un embalse o una presa se interrumpe el flujo natural de los ríos, lo que conlleva problemas.

Aunque, según ha explicado, resultan necesarios para el abastecimiento o regadíos es "importante" que tengan un fin industrial y no un uso recreativo como ocurre en este caso.

También ha apuntado que si no se producen crecidas los galachos no se limpian de sedimentos y, por lo tanto, no se regeneran los carrizos o hábitats.

"Muchísimas especies de invertebrados dependen de este régimen hídrico al que están perfectamente acostumbrados y cuando un río se embalsa estos seres vivos desaparecen. Algunos se adaptan, pero la mayoría no", ha indicado.

Tirado ha comentado que si la CHE hubiera hecho un programa de vigilancia ambiental se podrían haber detectado problemas de los diferentes grupos de seres vivos que habitan y haber tomado soluciones.

Por otra parte ha destacado que en el Plan de la cuenca del Ebro se prevén desmantelar, según ha expresado, "un montón de azudes que se han identificado como innecesarios".

Por ello, solicitan a la CHE que actúe ante los problemas ambientales que generan los azudes en los ecosistemas y ríos mediterráneos y que sirva como "ejemplo a seguir para muchos otros azudes de la cuenca del Ebro".

Por último, uno de los miembros de VoluntaRios y Ansar, Mariano Merida, ha destacado que la solicitud de la eliminación del azud no sólo está centrada en el funcionamiento y la calidad del ecosistema de los seres vivos, sino que la cuestión de la calidad del agua es primordial para las personas y para la cuenca en el valle medio del Ebro y ha indicado que el azud "le quita esa calidad" al agua.

"Hay que tener en cuenta que los flujos lo que permiten es la autodepuración de las aguas, el cortar y el embalsar las aguas hace que precisamente esas aguas entren en problemas de calidad", ha concluido.