La pornografía infantil no es una cuestión solo de mayores de edad. Así lo ha evidenciado la última investigación llevada a cabo por la Unidad de Delitos Tecnológicos de la Jefatura Superior de Policía de Aragón en la que han sido investigados seis menores por difundir un vídeo de contenido sexual en el que aparecía un bebé. Todos ellos se conocían del centro escolar de Zaragoza en el que estudian.

Los agentes dieron con este contenido, después de que a principios de año el padre de uno de los menores se pusiera en contacto con la Policía Nacional ante la alarma que le había generado ver dicha grabación en el teléfono móvil de su hijo, según fuentes consultadas por EL PERIÓDICO. A partir de ahí, se inició una serie de indagaciones que determinó que dicho vídeo había sido enviado a través de WhatsApp. Los agentes tiraron del hilo y dieron con seis menores, de entre 14 y 15 años, que habían compartido esas imágenes a través de esta aplicación de mensajería gratuita.

ABUSO EXTREMO

La Policía analizó todos los contenidos y observó otro vídeo pornográfico de similares características. La conclusión a la que llegó es que se trataba de «dos archivos clasificados como de abuso extremo en la escala de tipología y gravedad de pornografía infantil internacionalmente utilizada».

Cuando los miembros pertenecientos a la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (Udyco) llamaron a los menores a declarar, en calidad de investigados, los jóvenes señalaron que desconocían que lo que habían realizado era delito e, incluso, alguno de ellos llegó a afirmar que no le había dado credibilidad al mismo puesto que creía que era una broma.

A pesar de todo ello, la distribución de este tipo vídeos de pornografía infantil constituye un delito en el Código Penal, por lo que la causa fue en remitida a la Fiscalía de Menores de cara a abrir diligencias en contra de estos niños. Desde la Jefatura Superior de Policía de Aragón señalaron que la distribución, pero también la simple tenencia de cualquier tipo de material considerado como de pornografía infantil, constituye un delito tipificado en el Código Penal que puede ser castigado con penas de prisión de uno a cinco años, por lo que cualquier persona que reciba un archivo de estas características o tenga conocimiento de su difusión debe ponerlo de inmediato en conocimiento de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, absteniéndose de reenviarlo o difundirlo cualquiera que sea el motivo.

Por otro lado, el Cuerpo Nacional de Policía arrestó a dos jóvenes de 18 por distribuir, a través de Facebook, fotografías de menores a los que injuriaban con montajes. Fueron imputados policialmente como presuntos autores de un delito contra la integridad moral cometido a través de las redes sociales.

La investigación se inició, según fuentes de la Jefatura Superior de Policía de Aragón, cuando los agentes tuvieron conocimiento de la existencia de un perfil en dicha red social en el que se habían difundido fotografías de alumnos menores de un centro educativo previamente manipuladas, con comentarios claramente ofensivos e injuriosos.

La cuenta fue cerrada a las pocas horas de su creación, durante las cuales tuvo amplia difusión entre el alumnado del centro, siendo algunos de los afectados quienes dieron la voz de alarma al mismo. Identificados los presuntos autores, dos jóvenes fueron detenidos, así como un tercero investigado.

A partir de este caso, la Policía señala que la creación en el ámbito escolar de perfiles en redes sociales por jóvenes utilizados para lo que ellos creen que son bromas incurriendo, sin embargo, a veces en conductas delictivas se ha convertido en una peligrosa práctica, que puede acarrear consecuencias penales para sus autores. De hecho, el Código Penal sanciona estos delitos con penas de cárcel.