INTERVENCIÓN EN EL CASCO HISTÓRICO
Siguen las quejas en Don Jaime: «Esta no es ni será la calle Alfonso»
Las obras en la calle Don Jaime I se iniciaban ayer con opiniones divididas y críticas por el ruido

Siguen las quejas en Don Jaime: «Esta no es ni será la calle Alfonso»
D. LÓPEZ
Llegó el día 22 de octubre y las máquinas regresaron a la calle Don Jaime I. El ayuntamiento cumplió lo anunciado el pasado viernes y a pesar de las críticas de vecinos y comerciantes, los trabajos se iniciaron con ruido, mucho ruido. El que hacían los operarios picando el asfalto a la altura del número 22 y el de las voces de protesta que, desde la acera o en el interior de los establecimientos, se vertían hacia la casa consistorial. Pero no son una voz unánime, ni entre los viandantes ni entre los comercios.
El abanico de opiniones es tan amplio como los tipos de baldosas que se adivinan en el entorno. Para gustos los colores y para comparar, el tramo ya terminado entre la calle Mayor y la plaza del Pilar. Parece un muestrario, el antes y el después, y ahí surgían más dudas que donde el martillo derrochaba decibelios más cerca de la confluencia de la calle Estébanes. Y solo hay que preguntar para adivinar que los hay que no lo ven tan mala idea, y solo es inoportuno el momento escogido; los que dan por hecho que Don Jaime I será peatonalizada, y no se bajan de esa idea; los que piensan que si no lo va a ser, para qué este charco; los que lamentan el ruido para el descanso de pequeños y mayores; y los que ven la apocalipsis venir para «los negocios de toda la vida»

Siguen las quejas en Don Jaime: «Esta no es ni será la calle Alfonso»
ACTUACIÓN "INNECESARIA"
«Que no, que Don Jaime I no es ni será la calle Alfonso I. Que se empeñan en que sea peatonal y nosotros queremos que se quede como está. Que la dejen», explicaba Benigno, vecino de la zona, que apostillaba que «ya tenía buenas aceras y podían pasar los coches, ¿para qué gastarse tanto dinero ahora?». «Es que el alcalde se cree que esta calle es suya, y ni siquiera consulta», añade Teresa, residente en la calle Mayor. Molestos ambos con lo que consideran una actuación «innecesaria».
Para José Enrique, vecino de Delicias que frecuenta la zona, «lo más preocupante es que si al final va a haber tráfico igual es más peligroso que la altura y la calzada estén a la misma altura, porque es fácil confiarse». «Están intentando que quien va con vehículo privado no se acerque al centro, y me parece bien, pero si nos ofrecen mejores servicios públicos, un autobús en condiciones».
«Y que no tengas que irte a la calle San Vicente de Paúl a cogerlo», lamenta Rosa. Ella, relata, es una de las damnificadas de las siete líneas de bus que ayer mismo volvieron a ser desviadas. La 28, 29, 35 y 39 diurnas y la N1, N2 y N7 nocturnas. Estos, como en la primera fase de las obras, tuercen hacia Echegaray desde el Puente de Piedra, y no vuelven a su recorrido habitual hasta la plaza España. Son casi los mismos los que piden que vuelvan cuanto antes a Don Jaime I que los que reclaman valentía y darle esta conquista al peatón. Como Manuel, que destaca aliviado que «es mucho más fácil cruzar la calle con la silla de ruedas». Antes, la pendiente era desaconsejable de desafiar. Ahora todo está a la misma cota.
Los comerciantes destacan que perder el tráfico es perder clientela. Y por esos los escaparates están plagados de carteles. Con un contundente Basta de mentiras dejan claro lo que para ellos significan estas obras: «acabarán eliminando el tráfico rodado». Ayer ya no podían pasar ni taxis, ni vehículos de carga y descarga, ni residentes ni visitantes. Lo que no quitaba para que las aceras siguieran igual de plagadas de gente avanzando a toda velocidad.
Para pasear ya está la calle Alfonso I, opinan algunos, que dicen no tener «envidia ninguna». Se conformarían con que su calle, la de Don Jaime I estuviera «igual limpia, de bien iluminada y con el mismo ruido». «Que sea peatonal no garantiza que haya más clientes», aseguran los responsables de muchas tiendas. «Al revés, menos pasarán si no para el autobús», añaden.
Para algunos, la improvisación del ayuntamiento ha hecho a Zaragoza en Común (ZeC) perder su apoyo. ComoÁngela, propietaria de la cafetería restaurante El buen aroma, que lamenta apoyada en la barra con las mesas vacías que «hace tres meses que abrí las puertas y me estrené con el corte de la calle por las primeras obras y ahora, tras el Pilar, otra vez cerrada al tráfico y en obras. Y lo que queda». Para ella se trata de «o hacerla peatonal o dejarla como está, pero tantas obras suponen un coste muy alto para cualquier negocio», explica.
Su visión la comparten muchos de los comerciantes, que ven el momento escogido «el peor posible», después de dos meses de obras en el primer tramo, y ahora otra vez en el segundo. Suman cuatro, un tercio de todo el año, y sin que se les haya consultado, destacan, a poco más de un mes para el inicio de la campaña de Navidad.
Pero no todos están en contra en Don Jaime I. En el número 27, el cartel de protesta luce un claro «1º Dcha. a favor de obras», para no dejarse engullir por una voz que no es tan unánime. Y los que directamente no cuelgan el cartel, porque a veces el silencio dice más que tanto ruido en Don Jaime I.
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