Contrastes económicos // Informe del Ministerio de Hacienda

La ciudad con más renta de Aragón no se ve con futuro

La actividad política en la localidad se ha enrarecido y la alcaldesa denuncia un bloqueo «sistemático». Andorra afronta ahora con gran incertidumbre el cierre de la central térmica tras el fin de la minería

La ciudad con más renta de Aragón no se ve con futuro

La ciudad con más renta de Aragón no se ve con futuro

D. CHIC

Las paradojas de la estadística convierten a Andorra en el municipio con más renta per cápita declarada de Aragón. Sin embargo, la realidad social es muy diferente. En el casco histórico los comercios cerrados salpican todas las calles. Y en los polígonos los proyectos fallidos se multiplican. Solo unos pocos negocios se mantienen a salvo en una ciudad que pierde habitantes año tras año y en la que los jóvenes se han visto privados de alternativas.

El polígono de La Estación alberga la empresa más pujante de la ciudad después de la central térmica, abocada al cierre. La cartonera DS Smith da empleo a un centenar de personas y es una de las pocas apuestas de reindustrialización que han cuajado en la comarca. Atrás han quedado iniciativas como la cementera Cemex o prefabricados Castelo, varadas sin entrar en funcionamiento. «Hasta ahora nadie creía en serio que la térmica fuera a cerrar y por eso no se ha hecho lo suficiente», afirma el presidente de la asociación de empresarios de la localidad, Roberto Domenec.

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Los datos del Ministerio de Hacienda consignan que la ciudad declaró en el 2016 unos ingresos brutos medios de 28.562 euros anuales y una renta disponible media de 23.166. Repite en esta posición por tercer año consecutivo. La segunda población aragonesa en la clasificación es Cuarte de Huerva, con unos ingresos brutos medios de 28.496 euros seguida de Villanueva de Gállego, con 28.130.

Una explicación sobre estos niveles económicos en Andorra está en las prejubilaciones que los mineros recibieron a mediados de los noventa. Al menos 2.000 trabajadores del carbón se sumaron a esta posibilidad. «No podemos criticarlo, ya que es un reconocimiento a un oficio que los dejó muy castigados físicamente», reconoce Domenec.

A pesar de estas cifras, la ciudad pierde población. A principios de la década de los 90 -diez años después de la inauguración de la térmica- Andorra alcanzó su pico demográfico más alto con más de 8.600 habitantes viviendo en la localidad. Desde entonces no ha hecho más que caer hasta los 7.799 habitantes censados al término del 2017.

En este contexto el clima político está muy enrarecido. El viernes aparecieron pintadas en la que se amenazaba de muerte a la alcaldesa, Sofía Ciércoles. Izquierda Unida, el partido al que pertenece, presentó una denuncia ante la Policía Nacional. «Estamos en una situación muy complicada», reconoció el pasado miércoles la regidora.

Con una acción de gobierno en minoría, lamentó el «bloqueo sistemático» por parte de la oposición de algunas de las propuestas que se han puesto sobre la mesa esta legislatura. «Hemos perdido ayudas públicas por la falta de colaboración, en estos momentos no remamos todos en el mismo sentido», criticó la alcaldesa andorrana.

sector de la construcción / La ciudad apostó en los años noventa y al inicio del siglo XXI por el sector de la construcción. Por este motivo, con la llegada de la crisis y el fin de la burbuja del ladrillo la recesión golpeó con mucha más fuerza que en otros lugares.

Ciércoles reclama un plan de desarrollo para la reindustrialización y una labor coordinada entre todas las industrias. «Un ayuntamiento no tiene fuerza para atraer empresas por sí solo», señaló. En este sentido lamenta que no tienen las competencias suficientes para dotar de actividad a los polígonos industriales, a pesar de que considera que los fondos recibidos por el plan Miner han estado bien ejecutados. «Necesitamos mucho más apoyo de la oposición para sacar asuntos adelante», manifestó.

Por parte del sector empresarial las cosas se ven de otro modo. «Si no se toman medidas no se podrá mantener la población», lamentó Domenec. Critican que desde el consistorio no se ha logrado crear un entorno adecuado que favorezca la reindustrialización y cree «muy difícil» revertir la situación a estas alturas. Reclama también ayudas de instancias superiores que permitan una «discriminación positiva» para todos aquellos emprendedores que estén dispuestos a instalarse en zonas deprimidas.

Como la propia alcaldesa, los empresarios se muestran críticos con los datos del Ministerio de Hacienda. «Tendría que hacerse una baremación que tuviera en cuenta los rangos de edad», apuntan. La idea generalizada en la población es que los fondos que se reciben por las prejubilaciones se fugan de Andorra para invertirse en la compra de segundas residencias en Zaragoza o en Vinaroz, Peñíscola o Benicarló.

éxodo joven / A esto se suma el éxodo de la población joven. «Cuanta más formación tiene una persona menos oportunidades tiene en los pueblos, se tendría que hacer algo para revertir esta realidad», asumió el responsable de los empresarios.

Aunque a primera vista pueda no parecerlo, las alternativas existen, Quizá con menos fuerza que hace unas décadas, cuando Andorra era el corazón de todas las comarcas mineras. El bar Grafitti mantiene la actividad, amparando exposiciones, organizando una semana cultural y siendo un punto de encuentro. Pero no confían en aguantar mucho más tiempo. «Los más jóvenes han encontrado trabajos fuera de la localidad, será difícil pasar otro invierno», lamentó su propietaria, Visi Amador.

«Esto no es lo que era, no se han invertido bien las ayudas del Fite y los empleos pasan de largo», afirmó en uno de los bares del centro Pedro Blasco. «Aquí no queda mucho más que hacer, solo nos estamos centrando en evitar el cierre de la térmica, y eso será muy difícil», abundó la responsable de la zapatería Sangal, Pilar Sancho. El desánimo es generalizado a pesar de los datos positivos que ofrece el Ministerio de Hacienda.

En la provincia de Teruel, las ciudades con más renta per cápita tras Andorra y la capital son Utrillas (22.559), Alcañiz (22.519), Montalbán (22.052), Alcorisa (21.989), Albalate del Arzobispo (21.302), Calamocha (20.537), Monreal del Campo (20.058) y Sarrión (19.644). Habrá que ver cuánto tiempo se mantiene la clasificación sin variaciones.

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