Sindicatos a la caza del voto

Los sindicatos aragoneses han reavivado su particular batalla por el voto de los trabajadores. En solo 16 meses se renovará el 60% de la representación colectiva de los empleados públicos y privados, es decir, en torno a 6.000 delegados de los algo más de 9.500 que hay actualmente en las empresas y Administraciones Públicas de la comunidad. Están llamados a las urnas más de 100.000 personas en un total de 1.765 centros de trabajo. Este periodo concentrado de comicios, que se produce cada cuatro años y desde hace cuatro décadas por el inicio de la democracia, dio comienzo a principios del pasado mes de septiembre y se prolongará hasta diciembre del 2019.

El pistoletazo de salida de este proceso viene marcado por las elecciones al comité de Opel, la mayor empresa de Aragón, que tendrán lugar el próximo martes. Allí están llamados a participar 5.453 trabajadores, que podrán elegir entre las candidaturas seis sindicatos (UGT, CCOO, CGT, OSTA, Acumagme y Stopel). En las próximas semanas y meses habrá igualmente votaciones en otras empresas relevantes de la industria (BSH, Arcelor, Casting Ros, SMR Automotive, Mann Hummel, Alumalsa, Cemex, Dula Ibérica, REE o Redexis), el comercio (El Corte Inglés, Alcampo Utebo o Carrefour Actur) o la banca (Ibercaja, BBVA, Caixabank o Santander). También toca renovar la representación sindical en el grueso de las administraciones aragonesas, tanto en la enseñanza o la sanidad como en numerosos ayuntamientos.

Movilizar a las plantillas

Las centrales se enfrentan al reto de revalidar o mejorar sus posiciones y conseguir movilizar a las plantillas en un momento en el que todas las fuerzas sindicales coinciden en señalar como clave para trasladar la recuperación económica a los salarios y a la mejora de las condiciones laborales. La desafección y desapego sindical, que se elevó durante el periodo de crisis, es uno de los enemigos a los que se enfrentan. En juego está también la disputa entre UGT y CCOO por el primer puesto, que ahora ostenta el primero.

La crisis pasó como un tsunami sobre los sindicatos en muchos aspectos. Además de perder afiliados e ingresos procedentes de cuotas y de subvenciones y programas públicos, sufrieron la volatilización de casi 2.100 delegados en las empresas de Aragón en el anterior ciclo electoral, lo que hizo descender el número de representantes hasta los 9.158 al cierre del 2015 debido a los innumerables cierres y recortes de plantilla. Desde entonces, este tendencia se ha invertido y se han recuperado 500 miembros, hasta los 9.658 que había hasta el pasado 30 de septiembre.

Reparto por fuerzas

UGT es el primer sindicato de Aragón con 3.679 delegados, lo que supone el 38,1% del total, un liderazgo que ha mantenido durante todo el periodo democrático, salvo en los años 2015 y 2016 en los que estuvo por delante CCOO, que ocupa ahora la segunda posición con 3.492 representantes (35,5%). Ambas centrales suman en estos momentos casi el 74% de la representación de los trabajadores aragoneses, una hegemonía incontestable que solo ha caído ocho puntos porcentuales desde el 2011, cuando llegaron a tener el 82%.

En la tercera posición se sitúa el sindicato de funcionarios CSIF, con 489 delegados (el 5%), seguido de cerca por la organización aragonesista OSTA, que tiene 467 (4,8%). A continuación está CGT, con 202 (2,1%), y USO, con 197 (2%). Otros 1.192 representantes se reparten entre un grupo variopinto de fuerzas sindicales y agrupaciones electorales específicas de algunas empresas.

«Los sindicatos nos jugamos mucho. Es un examen de realidad en el que se miden las fuerzas que tenemos para luego negociar convenios», explica Julio Tejero, secretario de Organización de UGT Aragón, quien destaca la recuperación del terreno perdido que el sindicato ha seguido en los últimos años, algo que confía en que se constatará en este proceso electoral. «El objetivo es quitarnos la caspa de estos años atrás en los que nos ha salido algún problema», dice en alusión al caso de los ERE en Andalucía o la «campaña de difamación» de la que dice han sido objeto los sindicatos.

«Estamos remontando», insiste. Algo que también percibe la organización es que «está subiendo» la afiliación tras el retroceso experimentado en los años de la crisis. UGT Aragón cuenta en estos momentos con una base social de algo más de 35.700 militantes. A nivel estatal, resalta además que el pasado año esta central ganó las elecciones sindicales a CCOO «por primera vez en 20 años».

Sobre la proliferación de sindicatos minoritarios o nuevas organizaciones, Tejero dice «no tener miedo pero sí respeto» a estos competidores. «Tener más responsabilidad a veces nos puede penalizar, pero lo asumimos. Decir lo que la gente quiere escuchar es lo fácil», sostiene.

La afiliación remonta

La organización sindical liderada por Pepe Álvarez ha diseñado una «estrategia conjunta» en este proceso, cuyo lema general es Ahora te toca. Elige, pero este plan se adapta a la «idiosincrasia» de cada federación o sector. En este ocasión, UGT también quiere hacer valer el 130 aniversario de la central que se ha cumplido este año.

«Este proceso sindical supone renovar y mantener nuestro poder contractual, del que depende nuestra capacidad en la negociación colectiva», señala Pedro Casorran, responsable de elecciones sindicales de CCOO Aragón. Esta central también considera que lo peor ya ha pasado para la organización tras la «situación difícil» vivida durante la crisis. «La afiliación está volviendo a crecer poco a poco», afirma. En concreto, la central tiene 30.500 militantes en la comunidad, un 2% más que el pasado año.

Con el lema Es el momento, Comisiones Obreras aspira a volver a convertirse otra vez en la primer fuerza sindical de Aragón. El éxito de este proceso depende, en gran medida, de «elegir bien a nuestros candidatos», subraya Casorran, ya que lo que importa en la mayoría de las empresas «son las personas más que las siglas».

Por su parte, OSTA afronta esta campaña electoral con el lema Tomen la iniciativa y se marca como prioridades la lucha contra la precariedad y reducir o eliminar la flexibilidad interna y las externalizaciones.