La planta zaragozana de Alumalsa se afianza como la mayor fundición de aluminio por gravedad que queda en España, donde la crisis se ha llevado por delante a un buen número de competidores. La fábrica de la carretera de Castellón, que produce piezas para la automoción, no ha dejado de elevar su carga de trabajo en los últimos años y, desde el 2016, ha logrado incrementar su plantilla en casi 200 personas. Así, la histórica planta de La Cartuja empleaba hace dos años a 557 trabajadores, mientras que actualmente cuenta con 750, la mayor cifra desde que abrió sus puertas en 1946. Eso sí, casi el 25% de la plantilla total está formada por empleados temporales.
«Todos estos últimos años un cupo de eventuales han pasado a ser indefinidos», destacaron fuentes sindicales, que recordaron que a principios del 2009 la factoría empleaba a 390 personas. Ese año, la crisis del automóvil le obligó a presentar un ERE de carácter temporal que al final no se llegó a aplicar y desde entonces la compañía no ha dejado de crecer.
El fuerte dinamismo de los últimos años se ha basado sobre todo en la especialización. De hecho, la planta se centra en producir las piezas de aluminio más complejas que requieren los fabricantes del automóvil.
Un ejemplo de su importancia es que casi el 50% de los vehículos producidos en Europa están hechos con sus cilindros de freno. Son una de sus principales familias de producto, junto con los turbocompresores, los componentes para reducir el consumo y las emisiones de los motores (válvulas EGR) y las piezas para maquinaria agrícola (en esta caso para el fabricante John Deere).
Este potente proveedor del automóvil tiene entre sus clientes a todas las grandes marcas: Daimler, Ford, GM, Renault, BMW o Bosch, para la que fabrica bombas de freno. «El 90% de nuestra producción es para el sector del automóvil», apuntaron las citadas fuentes sindicales del comité de empresa de la planta.
Otro de los pilares que ha cimentado el fuerte crecimiento registrado en los últimos años es el mercado exterior. No en vano, la fábrica zaragozana, que cuenta con una producción diaria de 40 toneladas, exporta gran parte de sus piezas al extranjero.
INVERSIÓN EN LA FACTORÍA
Su evolución tampoco hubiera sido posible sin su apuesta por el I+D y la modernización de sus procesos productivos. De hecho, entre 2004 y 2014, la compañía invirtió 35 millones de euros en la planta de Zaragoza.
Según indicaron las citadas fuentes, el aumento de la carga de trabajo en los últimos años está provocando que las instalaciones de la carretera de Castellón comiencen a quedarse pequeñas. Actualmente, la planta ocupa 22.000 metros cuadrados sobre una parcela de 56.000.
Desde el año 1987, Alumalsa pertenece al grupo francés Montupet, especialista en fundición de culatas y piezas de suspensión, el cual en el 2016 pasó a ser parte de la división de Metales Ligeros de la compañía canadiense Linamar.
En los últimos años, el departamento de desarrollo de sistemas de la planta zaragozana ha diseñado productos para otros centros del grupo Montupet, una muestra más del respaldo con que cuenta desde la matriz.