ALCAÑIZ// SEGURIDAD CIUDADANA

Cerrado el paseo del Guadalope por nuevas caídas de rocas en Pui Pinós

La Policía Local impide el tránsito peatonal tras otro desplome el sábado

Cerrado el paseo del Guadalope por nuevas caídas de rocas en Pui Pinós

Cerrado el paseo del Guadalope por nuevas caídas de rocas en Pui Pinós

EL PERIÓDICO

La Policía Local del Ayuntamiento de Alcañiz informó ayer del cierre al tránsito peatonal de los paseos de la ribera del río Guadalope bajo el Muro de Santiago, donde se están ejecutando actualmente obras del cerro de Pui Pinos. Después de que, el sábado, se produjese una nueva caída de rocas, ante el «peligro inminente» de nuevos derrumbamientos y para evitar «posibles desgracias», el cuerpo local optó por prohibir el paso en una zona que ya estaba vedada a los vehículos.

En esta zona se están llevando a cabo los trabajos de recuperación del gran derrumbamiento de abril del año pasado, cuando el desplazamiento de la ladera del cerro afectó gravemente a decenas de casas, ocho de las cuales acabaron completamente derruidas, aunque no hubo fallecidos ni heridos entre los 33 vecinos que tuvieron que ser desalojados.

Tras más de un año sin prácticamente ningún avance para revertir la situación, el pasado mes de junio se instalaban las primeras pantallas para acotar la zona donde, más de un año después, no se había comenzado a trabajar. Los vecinos se han cansado de denunciar el abandono institucional y la desorientación a la hora de saber a qué institución debían acudir.

AYUDAS

Finalmente el Estado comprometió una ayuda de 104.000 euros, y el Consejo de Gobierno de Aragón aprobó la semana pasada una modificación presupuestaria para poder transferir desde Justicia e Interior al Ayuntamiento de Alcañiz otra partida equivalente, de algo más de 104.700 euros, que sufragarán también los trabajos de estabilización de la ladera. Pero ambas ayudas están lejos de los 1,5 millones que el consistorio alcañizano anunció en junio para una «actuación urgente» con la que vaciar de vecinos la zona, ante los riesgos de seguridad.

No en vano, la ladera a todas luces sigue presentando problemas de estabilidad, a la luz de la nueva caída de rocas producida este fin de semana y que ha obligado a cortar al tránsito la ribera próxima. En los días siguientes al derrumbe inicial, un informe geológico atribuía el deslizamiento al movimiento de un antiguo vertedero, lo que en principio daba buenas perspectivas porque el problema no tenía por qué estar en la misma ladera.

Pero al parecer había otras complicaciones, porque la estabilización no se ha completado un año y medio después del siniestro.

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