Zaragoza en el periodo 2002-2009 realizó importantes inversiones en los planes de
abastecimiento que además coincidió con la traída de aguas de Yesa y pese a que el embalse
de La Loteta es el gran fiasco a resolver, todas las actuaciones supusieron un importante
avance para la ciudad.
No se puede decir lo mismo en el campo de la depuración. Ya en el 2007 documentos del
Ayuntamiento evaluaban en más de 40 millones de euros las inversiones a realizar. Desde
nuestro punto de vista estas cifras, en la actualidad, se quedan muy cortas. Todo ello se
expone en el Plan Director del Ciclo integral del Agua que se hizo público hace tres meses: la
reposición anual de tuberías, la construcción de la depuradora de Peñaflor, desdoble de
colector de Malpica, colectores de la carretera de Castellón, mejoras en la depuradora de
Alfocea, aunque el talón de Aquiles de todo el sistema sigue siendo el mal funcionamiento de las
depuradoras, en especial la de La Cartuja.
Desde su construcción en 1993 ha estado en constante polémica. A los sobrecostes que la
auditoría señaló en su momento, el asesor que Garcia Nieto eligió en el proyecto, Didac
Fabregas, ha aparecido en el último año en la lista Falciani por la evasión de millones de euros
a Suiza. Se vendió como un proyecto innovador, con un modelo compacto para evitar olores en el
entorno, elección de lamelares para la fase de decantación e incineración de fangos que
ocasionan vapores muy contaminantes. La propia empresa que la construyó y que actualmente
sigue gestionando, con un liderazgo mundial en la construcción en depuradoras, desechó este
modelo ya que entre otros motivos afecta a la oxidación del hormigón y demás estructuras de
hierro de la instalación.
Hemos pagado los zaragozanos más de 325 millones en su construcción y mantenimiento pero,
a pesar de ello, la auditoría hecha en el 2015 fue demoledora. De su lectura se puede concluir
que mejor sería construirla de nuevo. Problemas en los lamelares, en el pilotaje de los edificios
de administración, en la línea de fangos y unos resultados en la depuración que son altamente
mejorables. Hace unos meses se denunciaba los valores de DQO en los colectores de salida, no
recupera los fosfatos, aspecto que se visibiliza en las grandes espumas de las aguas efluentes al
río y en la presa de Pina a 20 kilómetros de la depuradora se superaban, en este último año, los
niveles de amonio achacables al mal funcionamiento de la depuradora.
En otros apartados, el último Consejo Sectorial del Agua del Ayuntamiento que tuvo lugar
antes del verano, fuimos informados de que Zaragoza factura 38 hm3 de agua potabilizada sin
embargo el total de agua depurada es de 60 hm3. Esta enorme diferencia se debe en parte a la
recogida de aguas de lluvia que se acentúa por la falta de permeabilización del suelo urbano,
pero también de los sobrantes de riego que se inyectan en los colectores de aguas residuales.
Se estima que puede ser del orden de 10 hm3 al año. Estamos pagando innecesariamente 5,2
millones al año. En 25 años de funcionamiento más de 130 millones perdidos.
Nos señalan los técnicos que hay que monitorizar la red de colectores para detectar dónde se
hacen las diferentes aportaciones de agua. Otra gran inversión que se hace totalmente
necesaria por los ahorros que puede reportar.
Fernando Gimeno, el consejero de Economía de la DGA, sabe de todas estas necesidades por
sus responsabilidades anteriores en el consistorio zaragozano, que con todo lo que hemos ido
refiriendo, son cantidades, que sin señalar las de abastecimiento, superan a nuestro entender
los cien millones de euros y ello siempre que no se haga una nueva depuradora. Cuesta creer
que nos despachemos del impuesto de sucesiones que solo afecta al 9% de la población y
supone unas perdidas en la tesorería de decenas de millones de euros al año y sin embargo
todos los zaragozanos tengamos que aportar, sin progresividad alguna, un mínimo de 17
millones de euros anuales durante 25 años para tapar el agujero económico que supuso la
depuración de ciertas zonas de Aragón.
No sabemos la posición de PP, Cs y CHA sobre este grave problema. Nosotros señalamos que
esta situación en el que necesariamente hay que aumentar las tasas de depuración del
Ayuntamiento de Zaragoza, con el lastre de los 17 millones anuales del ICA, se hace
insostenible la depuración de la ciudad a no ser que se atiendan los requerimientos de la
RAPA que no solo beneficia a Zaragoza sino, por igual, a todo Aragón.
Por último, señalar que no todo se reduce a tecnología y economía. Sin la concienciación y la
participación de los ciudadanos, comunidades de regantes, industriales y ganaderos, nuestros
ríos seguirán sin recuperarse.