Las 20 víctimas mortales registradas el pasado verano en las montañas y barrancos del Pirineo y de la sierra de Guara de Huesca, entre el 1 de mayo y el 31 de octubre pasado, han duplicado las de la anterior temporada estival.

Así lo puso de manifiesto el teniente coronel jefe de la Comandancia de la Guardia Civil de Huesca, Francisco Javier Vélez, en una comparecencia de prensa con la subdelegada del Gobierno en la provincia altoaragonesa, Isabel Blasco, y los responsables de las unidades de Helicópteros y Montaña del cuerpo.

Las estadísticas aportadas revelan un incremento del 12,30 % en el número de rescates realizados este año, un total de 340 intervenciones que se han saldado con 20 fallecidos, 255 personas heridas y 350 ilesas.

El responsable del instituto armado en Huesca atribuyó el significativo aumento de las cifras de accidentados a las especiales condiciones de peligrosidad que revestían montañas y barrancos debido a la nieve y las lluvias y a las conductas imprudentes de muchos de los rescatados.

«Hay imprudencias», afirmó Vélez con rotundidad después de dar a conocer el perfil medio de la persona rescatada en las montañas y barrancos de la provincia altoaragonesa durante el verano.

Este perfil muestra al accidentada como un hombre de 41 a 50 años y no federado, que a menudo realiza la actividad sin guía profesional, que sobrevalora sus posibilidades y que carece de un adecuado nivel técnico y de preparación.

Un perfil, según Vélez, que sitúa a las imprudencias como la principal causa de los accidentes, en su mayoría en la práctica de modalidades como el senderismo (34,11%), la alta montaña (26,06%) y el barranquismo (18,55%).

Las falta de prudencia también se aprecia en las causas de los accidentes, principalmente tropezones y caídas en superficies planas (34,71%), problemas físicos (13,05%), extravíos (8,1%) y caídas en vertical por resbalones en neveros (8,1%).

«Una gran parte de los practicantes de estas actividades no tienen preparación para hacer lo que hacen y otros sobrevaloran su capacidad y desoyen las recomendaciones de la Guardia Civil», añadió el responsable de la Benemérita.

Varios de los fallecimientos registrados el pasado verano se debieron a resbalones en neveros, comentó el jefe de la Comandancia oscense, que recalcó que «no se puede cruzar un nevero en zapatillas».

En este mismo sentido se pronunció el teniente jefe de los Grupos de Montaña de la Guardia Civil de Huesca, Santiago Gómez, que también aseguró haber tenido que rescatar a personas que iban equipadas con material adecuado para alta montaña pero no sabían utilizarlo.

Por esta razón, se refirió a la necesidad de los cursos de formación antes de practicar una actividad de riesgo en entornos naturales peligrosos.

INTERVENCIÓN COMPLICADA

Entre los rescates llevados a cabo, el teniente Gómez destacó uno realizado en agosto para evacuar a 11 personas que fueron sorprendidos por una crecida repentina del barranco de la Foz de Fago debido a las tormentas registradas en la zona.

Después de pasar la noche en una cueva que podría haberse inundado de continuar la crecida del río, los barranquistas fueron izados en un ciclo de grúa al límite (55 metros) y evacuados ilesos.

Por su parte, el responsable de la Unidad de Helicópteros de la Guardia Civil en Huesca, el comandante Alberto Rodríguez, indicó que el esfuerzo inversor hecho por la Dirección General del cuerpo para actualizar la aeronave en uso, alrededor de un millón de euros, permitirá actuar con mayor seguridad hasta altitudes de 13.000 pies (4.000 metros).