La Denominación de Origen de Calatayud va a ampliar su dominio vitivinícola a cuatro nuevos municipios (Murero, Villafeliche, Orcajo y Manchones), con los que sumará en torno a 100 hectáreas más de viñedo y una bodega (Sommos Garnacha, del grupo Costa). El proyecto afronta la fase final de tramitación, un laborioso proceso que ha incluído la realización de un informe técnico que ha constatado que el suelo, el clima (condiciones edafoclimáticas) y las variedades de uva del territorio que se agrega son las mismas que en el área actual.

La demarcación vitivinícola agrupa actualmente a 46 municipios y 16 bodegas que engloban 3.200 hectáreas. La producción de la última campaña ronda los 8,5 millones de botellas al año y la cosecha se situó en 12,5 millones de kilos de uva. La ampliación no sería por tanto muy relevante en términos cuantitativos pero sí supone un gran aliciente para la DO por las «condiciones idóneas» de los terrenos que se anexionarán «para dar vinos de calidad y de altura», en concordancia con las emblemas de la denominación bilbilitana, destacó Javier Lázaro, secretario del consejo regulador.

La iniciativa surgió a petición de Sommos Garnacha (antes Vinae Mureri), situada en Murero (comarca de Daroca), que fue adquirida a mediados del 2015 por el grupo empresarial Costa. Hasta ahora pertenecía a la IGP (indicación geográfica protegida) vinos de la tierra Ribera del Jiloca.

EL VEREDICTO DE BRUSELAS

El consejo regulador aprobó hace dos años por unanimidad impulsar la ampliación, que incluía a Daroca, que finalmente ha quedado fuera. Los estudios técnicos, que ha desarrollado el equipo del catedrático David Badía de la Universidad de Zaragoza, serán presentados este mes al Gobierno de Aragón para su evaluación y aprobación. Posteriormente, serán enviados a la Comisión Europea, que tiene un plazo máximo de seis meses para dar su veredicto. «Esperamos que en la próxima campaña, para octubre, las uvas de estos municipios estén ya dentro de la DO», afirmó Lázaro.

El proceso ha sido complejo tanto desde el punto de vista técnico como por la tramitación administrativa, ya que supone un cambio del pliego de condiciones de la denominación, lo que exige la autorización europea.

Aunque Sommos Garnacha es prácticamente el único productor de vino de la nueva zona, desde la denominación aseguran que hay interés de otras inversores en plantar viñedos aquí y confían en que surjan nuevas bodegas. La entrada en la marca de calidad protegida de Calatayud supone así un revulsivo para cuatro municipios muy afectados por la despoblación -en conjunto suman menos de 500 habitantes-. Además de poner en valor el patrimonio vegetal que tienen, formado por viñas viejas de garnacha a unos 900 metros de altura, es una oportunidad para explotar sus atractivos, con potencial para el enoturismo.