Las rupturas matrimoniales suelen derivar en los juzgados de familia para determinar la guarda y custodia de los menores, pero cuando hay un negocio en común el litigio puede acabar en la vía penal. Es el caso de un farmacéutico zaragozano que ayer se sentó en el banquillo de la Audiencia de Zaragoza acusado de despatrimonializar la botica que regentaba junto a su exmujer, socia de la empresa. Félix G. B. lo habría hecho, según la denunciante y la Fiscalía, para poder costearse un alto nivel de vida. Un reproche que también realiza Ibercaja por haber vendido un Porsche Panamera, contratado como leasing cuatro meses antes, y que sustituyó por el modelo Cayenne. Afronta una condena máxima de 17 años de cárcel.

Una acusación que el procesado negó ante los magistrados. Reconoció haber creado una cuenta corriente de la farmacia en la que su exmujer no estaba autorizada, pero lo hizo «porque ella metía mano en la caja» y tenía que hacer frente a numerosas deudas con laboratorios, para pagar el alquiler del local y las nóminas. «Yo no distraje dinero para destinatarios ocultos como dice ella», señaló, mientras la responsabilizaba incluso de haber perdido 600.000 euros cuando se vendió la farmacia, situada en el casco histórico, tras entrar en concurso de acreedores.

Una cuenta en la que estaba como autorizado Félix G. B., pero cuyo titular era su hermana Cristina, quien le acompañó en el banquillo de los acusados. «Lo que se ganaba cada día se escondía en una bolsa y se metía en ese banco para hacer los pedidos y que tuviéramos medicamentos para vender», destacó.

Una explicaciones que no satisficieron a los abogados de las acusaciones y de la propia denunciante, quienes presentaron un informe económico en el que se ponía en entredicho esa voluntad de reflotar el negocio y de pagar deudas.

A las «grandes retiradas» de dinero que cuantificaron en 300.000 euros, añadieron cargos de gastos «suntuosos» a la cuenta de la farmacia que compartía con su exmujer como hoteles y restaurantes de lujo. Ejemplificaron con los 2.896 euros gastados en el hotel de lujo Asian Gardens de Altea o los 139,45 euros en el restaurante Dar Marjana en Marraquech. Todo ello correspondería al delito de insolvencia punible que se les acusa a Félix y Cristina G. B., si bien también el farmacéutico se enfrenta a un delito de apropiación indebida por «vender a un amigo» el Porsche Panamera que disfrutaba en régimen de leasing. El abogado de Ibercaja llegó a pedir una sentencia «ejemplarizante porque arriesgó el negocio familiar para pagarse una buena vida». «Un señor que está en crisis su negocio no se compra un Porsche», insistió.

Su abogado defensor, Marco Antonio Navarro, quiso destacar el informe del contable del negocio, quien no vio «cuentas ocultas» para pedir la absolución.