Vuelco en el caso del joven inglés que sufrió una amputación de su pene el pasado 8 de marzo en Zaragoza. El Grupo de Homicidios de la Jefatura Superior de Policía de Aragón detuvo ayer al compañero de piso de A. B., de 33 años, al que considera autor de dicha lesión. Detrás del caso estaría que la víctima rechazaba su masculinidad, según fuentes consultadas.

Una conclusión a la que llegaron los investigadores, después de la toma de declaraciones en el entorno más cercano de la víctima y de que descubrieran una nueva prueba: un anuncio meses atrás en una red social en la que A. B. solicitaba ayuda para cortarse el miembro viril. No daba más explicaciones en dicha publicación.

A ello se unió que el mismo joven que entregó la bolsa de basura con el pene seccionado a la Policía Local y que le acompañó a pedir ayuda a la calle había desaparecido del piso tras el suceso sin dar ninguna explicación. Sus objetos personales no estaban en la habitación que ocupaba en el número 3 de la calle Calatayud, al igual que un cuchillo que no ha aparecido hasta el momento.

Todo ello hizo sospechar rápidamente del compañero de piso, iniciándose un dispositivo de búsqueda y captura que finalizó con éxito pocas horas después. Inmediatamente fue trasladado a la Jefatura Superior de Policía de Aragón como supuesto autor de un delito de lesiones para tomarle declaración, si bien se acogió a su derecho a no declarar.

Todos los indicios apuntan a que le amputó el pene con su consentimiento, si bien esto no le eximiría de ningún tipo de responsabilidad penal. Ahora tendrá que aclarar por qué llevo a cabo una acción tan peligrosa. Hoy está previsto que pase a disposición del Juzgado de Instrucción número 6 de Zaragoza.

GIRO DE 180 GRADOS

Las nuevas pruebas fueron las causantes de que la investigación diera un giro de 180 grados. Inicialmente, tanto por las declaraciones de los testigos como de la propia víctima, la Policía Nacional valoró como única posibilidad la autolesión. A ello unieron la posibilidad de que el joven estuviera bajo los efectos del alcohol y de que sufre una patología psicótica.

El joven londinense de 33 años continúa ingresado en el hospital universitario Miguel Servet de la capital aragonesa en el que fue intervenido, tras su ingreso. Los especialistas de Urología y Cirugía Plástica consiguieron reimplantárselo con éxito. El hecho de que no hubieran transcurrido un máximo de dos horas y media desde la amputación y de que el miembro seccionado fuera introducido en una bolsa limpia ha ayudado a que la operación finalizara satisfactoriamente.

Hasta allí fue trasladado con urgencia por una ambulancia activada por la Policía Local que le encontró, junto al ahora arrestado, a escasos 200 metros de la vivienda. Habían caminado en busca de ayuda sanitaria, dejando un reguero de sangre tanto en las zonas comunes del edificio como en la acera. Cuando los policías les pararon, el joven estaba a punto de perder la conciencia por la gran pérdida de sangre que había sufrido.

Ahora comienza para él un largo camino de recuperación tanto física como psicológica. El psiquiatra forense José Carlos Fuertes Rocañín señala que en este tipo de pacientes precisan de una terapia farmacológica que consiste en antidepresivos, ansiolíticos y antisicóticos tanto por la acción llevada a cabo como por sus antecedentes previos.

Tras conocerse el caso, el propietario de la vivienda en la que vivía A. B. se ha enterado de que el piso estaba siendo realquilado por habitaciones a otras personas, por lo que les ha anunciado a todos su intención de rescindir el contrato.